Las Claves de los Expertos
Creatividad en ecosistema
Mª Ángeles López (Iberchem), el chef Juan Guillamón, el arquitecto Javier Peña Galiano y el emprendedor Vicente Cánovas analizan cómo el talento humano potencia la IA

Javier Peña Galiano y Vicente Cánovas, en la mesa
La irrupción de la inteligencia artificial no solo transforma la tecnología, sino que también reaviva el interés por comprender el funcionamiento del cerebro humano y el papel que juega la creatividad. Como señala María Ángeles López, responsable de Proyectos en Iberchem, “el cerebro humano tiene una capacidad creativa a la que la IA no llega; el motor humano es mucho más potente”.
La IA, aplicada de manera estratégica, aporta eficiencia y am plía las vías para innovar. Desde la arquitectura y la medicina hasta los negocios y la gastronomía, el verdadero potencial de la IA se materializa cuando se fusiona con la capacidad creativa del ser humano. Al mismo tiempo, surge un deseo de retorno a lo básico, que busca reconectar con lo esencial y generar confianza en un mundo acelerado.

La IA se perfila como un experto personalizado. Para María Ángeles López, “la IA es como poder hablar con la biblioteca de Alejandría”. Sin embargo, es fundamental la pertinencia de las preguntas que se le formulen. Juan Guillamón, chef reconocido con una estrella Michelin, destaca que “si eres lo suficientemente creativo y astuto, es como si hablaras con alguien verdaderamente experto en el tema”.
Uno de los beneficios de la IA es que ahorra procesos, María Á geles destaca que “hace infinitas iteraciones en el tiempo que una persona tardaría muchísimo más”. Ese espacio debe invertirse de manera productiva. “El otro tiempo que te sobra no va a ser para tumbarte a la bartola, sino para invertirlo en hacer cosas más interesantes”, advierte Juan Guillamón.
Para el arquitecto y fundador de Xpiral, Javier Peña Galiano, el tiempo liberado por la IA puede invertirse en momentos de reflexión “para que luego la creatividad surja”, y subraya la importancia de provocar en la IA “dinámicas de error, que son las que te abren también muchas veces”. Es precisamente en ese margen donde surgen los hallazgos inesperados.