María Marced: «Con el chip de 2 nm de TSMC, China estará cuatro generaciones por detrás de EEUU»

María Marced, presidenta de TSMC Europe hasta enero, responsable de la negociación con Alemania para la nueva planta de Dresde, analiza en conversación con Eugenio Mallol los nichos de oportunidad para España y por qué se planean hasta seis fábricas en Arizona
4 de octubre de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
María Marced: «Con el chip de 2 nm de TSMC, China estará cuatro generaciones por detrás de EEUU»

Eugenio Mallol.-Eres consejera en tres empresas que cubren aspectos distintos de la cadena de valor de los semiconductores: Ceva, IQE y Sequans Communications.

María Marced.-Me jubilo de TSMC después de casi 20 años el 31 de diciembre y empiezan algunas empresas a contactarme para ser parte del board. De Ceva ya era consejera, al ser una empresa de IP, de bloques tecnológicos, no había conflicto de interés. Los semiconductores compound son más difíciles de producir, por eso han sido siempre de nicho, pero ahora resultan fundamentales para la optimización del consumo energético y para los sensores. No sólo para los dispositivos que usamos normalmente, incluido el coche eléctrico, sino también para los data centers, es decir, para todo lo que viene ahora con la inteligencia artificial. Si no, no habrá energía suficiente en el mundo para alimentar todos estos centros de datos. Los sensores para la inteligencia artificial en el edge son claves, junto con los actuadores. IQE no hace el dispositivo completo, solo fabrica obleas epitaxiales, que son de compound. Me pareció interesante, es un tema emergente. De hecho, cuando en España me han preguntado, les he dicho que hay dos mercados emergentes, en mi opinión: el de fotónica y el de energía avanzada, o sea, el carburo de silicio y el nitruro de galio. Sequans era un cliente de TSMC y había una relación personal con el CEO, con George Karam. Qualcomm le ha comprado parte del IP.

Eugenio Mallol.-¿Cómo está siendo la transferencia de conocimiento entre tu etapa en TSMC y estas compañías, crees que el sector está bien coordinado, que está trabajando de una forma racional?

María Marced.-Creo que sí. Ceva evidentemente es una empresa de IP, desarrolla sus productos para foundries y su transferencia de información se refiere sobre todo a los mercados: cuáles son emergentes, cuáles están saturados. Evidentemente, los mercados emergentes son centros de datos e inteligencia artificial en la frontera. Sequans es sobre todo conectividad. El 5G no ha cubierto las expectativas, quizá porque el 4G era muy bueno, pero la conectividad va a ser importante. Llegará un momento en el que la latencia será prácticamente cero y el ancho de banda va a ser tal que podremos hablar muchísimo mejor, la próxima reunión nos veremos en 3D, no en 2D (hablamos por videollamada).

Eugenio Mallol.-¿Qué oportunidades ves para España en esos nichos emergentes?

María Marced.-En todo lo que es chips de optimización de energía, la European Chips Act está impulsando líneas piloto de I+D, con subvenciones importante a CEA-Leti para su FD-SOI, a Imec para que baje de 2 nanómetros y a Fraunhofer en Alemania para la integración heterogénea, es decir, para montar chips juntos, lo que se llama fábrica 3D, packaging avanzado. Y se han inventado otra línea para que monte Italia también algo en nitruro de galio o carburo de silicio. España tiene know how y eso es por lo que deberíamos apostar, no solamente para que nos den líneas piloto. El único problema de la fotónica es que para el tema de sensores y de comunicaciones puede ser una tecnología stand alone, o sea ella misma, pero para para hacer las uniones en los centros de datos, para hacer los links, los switches, los routers, va a necesitar integrarse con el silicio a nivel de Wi-Fi. Eso sería más problemático para España, porque no tiene foundries de silicio, pero en todo lo que es sensores y comunicación, España puede desempeñar un papel.

Eugenio Mallol.-Tenemos a VLC Photonics, a iPronics con su chip fotónico y te preguntas: ¿será posible que den el salto y sean un estándar?

María Marced.-Exactamente. Yo primero abogaría por unir esfuerzos. Desgraciadamente, solo en Valencia ya hay dos líneas distintas de actuación en fotónica. Sería muy conveniente que se unieran, porque 1 + 1 son 11, no son 2. Además Vigo quiere montar una foundry de fotónica, Madrid, Barcelona.

Eugenio Mallol.-Mateo Valero (BSC) dijo en Santander que su sueño sería que la próxima generación de supercomputador que están desarrollando tenga ya componentes españoles. Sería un inicio.

María Marced.-Lo dudo. ¿Por qué TSMC monta fábricas avanzadas en Arizona? Hay dos ya en marcha, una ya comprometida y hay terreno para hacer seis fábricas. Se ha comprometido a llegar a los 2 nanómetros en Arizona, que ahora mismo es lo más avanzado. ¿Por qué? Porque la demanda está ahí, porque Nvidia, AMD, la propia Intel que utiliza TSMC mucho, Qualcomm, están ahí con mercado. El 20 de agosto hicimos el ground breaking en Dresde de la primera fábrica de TSMC en Europa, pero va de 28 nanómetros hasta 12, es decir, no llega ni a los 10. Porque el mercado en Europa es fundamentalmente automóvil e industrial y ambos requieren de tecnologías distintas. Estados Unidos es fundamentalmente high performance computing y altas comunicaciones. Está muy bien tener un objetivo para el futuro superordenador, pero una fábrica para ser medianamente eficaz tiene que hacer, por lo menos, medio millón de obras al año y eso son muchos chips.

Eugenio Mallol.-Supongo que se refería más bien a diseñados en España por lo menos.

María Marced.-Mateo y yo abrimos el primer centro en Barcelona de desarrollo que compró Intel, estoy en contacto con él y sé que están diseñando, pero no se fabricará aquí.

“EEUU, Europa y Japón piden a TSMC que se instale y el miedo es que eso ralentice la innovación por falta de escala. Sería un problema para la humanidad. Pero creo en la IA”

Eugenio Mallol.-ARM debería haber vuelto a Europa.

María Marced.-Esa es otra. Que esté listada en Estados Unidos, para Gran Bretaña ha sido un gran fiasco. Una vez que hace el IPO de Softbank, evidentemente Gran Bretaña esperaba que se hiciera allí y al final ha sido Estados Unidos.

Eugenio Mallol.-El sector venía actuando con división de funciones a nivel global: Asia fábrica, EEUU diseña, Europa aporta investigación básica y herramientas financieras. Pero las tensiones geopolíticas lo están trastornando todo.

María Marced.-Morris Chang, fundador de TSMC, siempre ha dicho que el gran avance en semiconductores ha sido la globalización. Montar una fábrica de tecnología madura, como la de Desde, cuesta alrededor de 11.000 millones de dólares, pero si nos vamos a una de 2 nanómetros, estamos hablando de 20.000 millones de dólares. Si no hay volumen ni hay escala, es imposible financiar esas inversiones. Él siempre ha estado en contra de salir de Taiwán e instalarse fuera. Porque en Taiwán había escala, bajo coste. La escala ha creado know how y talento. Ahora, tanto Estados Unidos como Europa y Japón piden a TSMC que se instale allí. Inicialmente el miedo es que eso va a ralentizar la innovación, porque si no hay escala no va a haber beneficio necesario para reinvertir en I+D. Ralentizar la innovación, evidentemente es un problema para la humanidad, no sólo para TSMC o para la industria, y evidentemente el coste va a ser mayor.

Soy optimista, creo que la eficiencia en productividad que va a suponer la inteligencia artificial puede paliar ese problema del aumento de costes por falta de escala. Socios como NXP o Infineon me dicen que para hacer el layout de un chip, ahora mismo, utilizando inteligencia artificial, son capaces de ahorrar un 50% de tiempo, que es un 50% de coste. TSMC lleva ya prácticamente 10 años utilizando inteligencia artificial, que haya conseguido 2 nanómetros y rápidamente haya entrado en risk production ha sido gracias a la inteligencia artificial. Va a suponer un incremento de la productividad tremenda. La IA puede paliar la localización, que va a ser un problema, versus la globalización.

Eugenio Mallol.-China está haciendo su juego con amenazas o coerciones con el tema de germanio y el galio, ¿esto también puede ralentizar la innovación, o abrirá la puerta a nuevas formulaciones?

María Marced.-El silicio va a seguir siendo la base de nuestra industria. De hecho, el gran motor ahora del crecimiento del semiconductores es la IA y está basada fundamentalmente en silicio. También requiere chips de potencia de energía eficaces. ASML ha tardado 20 años en desarrollar la litografía avanzada, la EUV. Es fundamental para bajar de 5 nanómetros. Si no, es imposible. Utiliza algo así como medio millón de componentes diseñados especialmente por el fabricante de lentes de Zeiss. Eso no va a ser fácil de copiar y ASML no puede exportar a China.

Eugenio Mallol.-A partir de 2025 ni siquiera podrá hacer el mantenimiento de las máquinas allí.

María Marced.-Los chips que ahora mismo está fabricando SMIC en China se basan solamente en inmersión, eso significa que para producir una oblea en 7 nanómetros necesita un montón de capas, de layers, lo cual supone un cycle time larguísimo, de a lo mejor nueve meses. Es un coste que puede asumir China, lo puede hacer SMIC para Huawei porque necesita un móvil avanzado, pero para el resto es imposible. Y bajar de 7 a 5 nanómetros es prácticamente implanteable. O sea que a China le va a costar.

Eugenio Mallol.-Estados Unidos dice que lleva varios años manteniendo a China dos generaciones por detrás. Con el nuevo chip que sacó Huawei de 7 nanómentros, nos quedamos todos con la sensación de que no estaban tan noqueados.

María Marced.-Consiguen 7 nanómetros con litografía de inmersión. Se puede permitir el lujo de sacarlo y decir ‘ahí está’, pero el problema es que el coste es absolutamente prohibitivo. Si pensamos que TSMC ha empezado la risk production en 2 nanómetros, China estaría prácticamente cuatro generaciones por detrás: de 7 a 2. En tecnología, la globalización ha sido el paradigma del progreso del mercado. Pero la tensión entre el incumbente y el emergente ahí está.

Eugenio Mallol.-Para hacer viable la inteligencia artificial generativa están trabajando en paralelo el mundo del software, con la cuántica convencida de que es la solución, y el del hardware. 

María Marced.-El problema es que la computación cuántica requiere de unos niveles de energía tremendos, porque la refrigeración es fundamental. Es todavía muy incipiente, nadie se atreve a había hablar de comercialización seria de los desarrollos cuánticos y las ideas a veces fructifican y a veces no. Sinceramente, soy una firme defensora de la fusión nuclear, es la única solución a largo plazo. Hemos conseguido que Europa por fin declare energía nuclear también verde, pero hay todavía reacciones en contra importantes. Es un problema más ideológico que real. Si no, vamos a paralizar el desarrollo tecnológico.

Eugenio Mallol.-Has vinculado el 6G al boom de la inteligencia artificial generativa. Interesante escuhar eso después del bombardeo que vivimos a finales de la pasada década en torno al 5G.

María Marced.-La necesidad de ancho de banda y de reducir la latencia al mínimo son los dos drivers para la conectividad. En efecto, el despliegue del 5G ha sido un jarro de agua fría, no ha cumplido las expectativas. Por muchas razones, entre otras, porque los operadores no están en su mejor momento, la liberalización de las redes ha supuesto que todavía estén buscando qué tipo de modelo de negocio les puede dar un beneficio mínimo para seguir invirtiendo. El 5G se ha implantado muchísimo en China, porque ha sido la solución a las comunicaciones en las zonas rurales, pero en Europa y en Estados Unidos ha sido muy lenta.

Eugenio Mallol.-¿Y en 6 G, qué movimientos observas?

María Marced.-Todo el mundo está enfocándose en el 6G, todas las empresas con las que yo estoy en contacto está intentando desarrollar, incluida Sequans. Pero un poco asustadas de la poca implantación del 5G. Veremos qué ocurre.

Eugenio Mallol.-Sueles decir que la UE tiene que dotarse de una estrategia holística y que debe innovar en la regulación. ¿Cuál es el problema: se dan las ayudas, pero a nivel de regulación no se va al mismo ritmo, falta de coherencia?

María Marced.-Sinceramente, he visto que los países que estaban decididos a invertir, como Francia y, sobre todo, Alemania, lo han hecho bien. Yo he participado en toda la negociación con Alemania para la fábrica de Dresde, ha sido mi proyecto en los últimos dos años, y nos han recibido con los brazos abiertos. No solamente Alemania, el canciller y el ministro de Economía, sino sobre todo, los locales de Sajonia, igual que Dresde. Les hemos cedido unos currículums de semiconductores que habíamos desarrollado en Taiwán, la Universidad los ha empleado y llevan ya dos cursos implantándolos. De hecho, ya habido un grupo de 30 licenciados que han pasado seis meses en Taiwán y contamos con ellos para Taiwán o para las fábricas que sean, Infineon, Bosch, Global Foundries. Cuando hablo de regulación, veo dos problemas. Uno es la falta de coordinación a nivel europeo. En fotónica, España está compitiendo con los Países Bajos de forma potente. Si no hay coordinación a nivel español, a nivel europeo todavía menos. Por otro lado, está muy poco claro quién da el dinero. En la Chips Act, en principio, las subvenciones las da el país, no Europa. Aquí, sin embargo, nos creemos que las da Europa, está poco claro también este tema este.

Eugenio Mallol.-Da pesadillas hablar de estas cosas. En cuanto a Alemania, ¿al final va a resurgir el león, están un poco depres los dos últimos años?

María Marced.-Gran parte del problema es el sector automovilístico. La venta de automóviles ha caído en picado y el mercado está totalmente parado, porque el consumidor no sabe qué comprar, si eléctrico o de combustión. Cuando surge la pandemia, y de hecho por eso se instala la fábrica de TSMC en Dresde, la asociación de fabricantes de automóviles en Europa contacta conmigo y, a partir de ahí, ya soy íntima de Volkswagen, Mercedes, BMW, de todos. El diésel era una invención puramente alemana, era la joya de la corona, hoy prácticamente no tiene emisiones, porque se ha optimizado, y no han sabido defenderlo.

Eugenio Mallol.-¿Qué debemos hacer para que España tenga voz propia?

María Marced.-Una vez más, un empuje mayor. Imec se va a Málaga, porque entre Felipe Romera y Paco de la Torre prácticamente les ponen la alfombra roja. Yo he intervenido mucho para que vinieran a España y creo que en gran parte ha sido porque tanto la comunidad andaluza como el gobierno local han trabajado para ello. He intentado traer alguna fábrica, sobre todo, de chips de potencia y, sinceramente, no se les ha hecho mucho caso. Sí veía la posibilidad en nichos emergentes y ahí se podían hacer mejor las cosas. Pero bueno, sigo intentándolo, sinceramente, hay dos posibilidades encima de la mesa que estoy planteando y quiero seguir con ello. Soy muy cabezota.

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