
Los gigantes no tienen tiempos muertos

Desde el 15 de enero, las visitas a la web European Alternatives han aumentado más del 1.200%. El sitio ofrece una lista completa de opciones a los gigantes tecnológicos, desde servicios de streaming de música hasta buscadores de internet, proveedores de correo electrónico o protección contra DDoS. Cuesta encontrar a empresas españolas presentes, llamativamente, pese a que, sólo pensando en los servicios cloud, hay un buen puñado de ellas.
Justin M. Keyes, el conductor de la conferencia anual de Vim (un editor de texto muy popular entre los desarrolladores), celebrada en Tokio, abrió su tradicional discurso inaugural “Estado de Neovim (una refactorización moderna de Vim)” con una frase que había escuchado decir a un aficionado al deporte y que parecía tener cierto simbolismo: “Los Gigantes no tienen tiempos muertos”. La reflexión le llevó, por esas cosas de enlazar ideas, a reivindicar las interfaces cerebro-ordenador, esos desarrolladores.
Aún no nos hemos recuperado del inclasificable evento con el que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sacudió el tablero mundial presentando una batería de nuevos aranceles. La fórmula aplicada resulta tan arbitraria y poco rigurosa que cuesta creer que la cosa vaya en serio. Para cualquier persona sensata lo lógico es atribuir el disparate a una estrategia negociadora.
Pero, mientras se despeja la incertidumbre, el mecanismo de distanciamientoya ha comenzado. El movimiento en la web de European Alternatives, aunque no tiene demasiada importancia desde el punto de vista cuantitativo, sí puede acabar siendo una señal del despertar del gigante dormido europeo. El 18 de marzo, los políticos de la Cámara de Representantes de los Países Bajos aprobaron ocho mociones que solicitaban al Gobierno reducir su dependencia de las empresas tecnológicas estadounidenses y optar por alternativas europeas. Días antes, más de 100 organizaciones (entre ellas Airbus y Tecnalia) firmaron una carta abierta dirigida a los funcionarios europeos, instando al continente a ser “más independiente tecnológicamente”.
Europa es un gigante que no tiene conciencia de serlo. Son abrumadoras las evidencias de que su principal problema es la fragmentación, como pone de manifiesto el Informe Draghi. La unidad de mercado debería ser hoy la obsesión absoluta de nuestros dirigentes. No caben tiempos muertos para los gigantes y ese en el que andamos sumergidos dura ya demasiado. Unidad.