La granja tecnológica de los nuevos alimentos
El FoodTech acelera para ofrecer productos más saludables, dietéticos, sostenibles y asequibles
El concepto abarca mucho más que la creación de nuevos alimentos que se cuecen directamente en los laboratorios, como la carne cultivada, o los exóticos suplementos alimenticios elaborados a base de insectos. Cada vez son más las empresas consolidadas que investigan en alternativas a la grasa animal, proteínas o probióticos. Pero a ellos se une también la preocupación por preservar los nutrientes de la tierra de cultivo, la circularidad de la producción, la sostenibilidad del packaging o la logística del alimento. Sin duda, el foodtech está creando nuevas oportunidades para la industria del sector y generando modelos de negocio realmente disruptivos.
Bio2Coat, spin-off surgida en 2015 de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), fundada por el profesor José Ignacio Velasco y la investigadora Farayde Matta, produce recubrimientos líquidos y películas sólidas, formados por biopolímeros que extraen de frutas y hortalizas, que alargan la vida de los alimentos. “Se aplican en productos perecederos, creando una barrera semi impermeable que ralentiza su degradación, alargando la vida del producto desde unos días a dos semanas, algo muy beneficioso para la logística”, explica Velasco.
“El proceso no requiere de maquinaria extra ni específica y el recubrimiento se aplica justo antes del packaging: la opción de la película sólida inapreciable la proporcionan unos sprais, mientras que el recubrimiento líquido se obtiene sumergiendo el producto en un tanque. No existe alteración de textura, aroma o sabor y, en su interior, la pulpa mantiene su color, tamaño y peso original”. Mientras Bio2Coat comercializan su innovación en Brasil y desarrolla pilotos en empresas españolas, también investiga en fórmulas para aplicar los recubrimientos a los cítricos y en películas de plástico biocomestible para el packaging de fideos, arroces o cereales. Según Velasco, “estos bioplásticos incorporarán salsas o chocolate que se unirán al producto cuando se añada agua o leche caliente al envoltorio”.
El mar es otra fuente de inspiración. “En Poseidona desarrollamos proteínas alternativas a partir de residuos de algas rojas para ofrecer un ingrediente con el que se puedan crear nuevos alimentos y enriquecer productos ya existentes. Nuestro primer producto, por ejemplo, puede ser un buen substitutivo del suero de leche, aporta proteína y tiene un coste muy económico”, comenta Sonia Hurtado, tecnóloga alimentaria, CEO y cofundadora de la startup, junto con María Cermeño, directora científica.
Esperan poder comercializar el primer ingrediente proteico antes de acabar este año, “porque los resultados son importantes para los inversores”, pero también están investigando con algas invasoras con el objetivo de desarrollar otro tipo de proteínas o fibra, y ayudar a la vez a la sostenibilidad del mar.
Algorae, con su optimización de rutas; Steering Machines y su robótica aplicada a la agricultura; Being Foods y sus helados con proteína y probióticos; o las numerosas emergentes plant-based podrían ser otros ejemplos de la evolución del sector de la alimentación. También tienen mucho que añadir a este campo proyectos como los de Agrohealth, impulsados por IRBLleida, miembro de CataloniaBio & HealthTech, y Agrotecnio, en los que se entrelazan agricultura, alimentación, nutrición y salud. “Por ahora, el precio es un problema para este tipo de productos y todavía son negocios muy nicho que necesitan generar demanda, pero la tendencia de futuro se está dibujando”, afirma Fernando Calpe, ex CEO de Being Foods y asesor de startups del sector alimentario, que destaca que es necesario que “el sector del packaging y las farmacéuticas se alineen en este futuro”.