Javier García: «Este Foro de Davos ha sido el del cambio de paradigma en el libre mercado por las ayudas masivas estatales»
Javier García es el único español en la comisión de tecnologías emergentes del World Economic Forum, preside la Unión Química Internacional y la Academia Joven de España y es director de la Cátedra Ciencia y Sociedad de la Fundación Rafael del Pino, en esta conversación con el analista de innovación Eugenio Mallol repasa sus impresiones sobre el reciente Foro de Davos
Esta entrevista aparece en el último ATLASTECH REVIEW
Eugenio Mallol.-El Global Risk Report y el lema del Foro de Davos eran escalofriantes. Tras la reunión salís más o menos asustados.
Javier García.-Desde el punto de vista de la economía, la gente ha salido mejor de lo que llegó, más animada en el sentido de que parece que no va a haber una recesión, a finales de año habrá crecimiento en Europa, aunque sea un poco, y España parece que va a seguir creciendo. Este ha sido el Davos de las empresas, no de los jefes de Gobierno, porque esta vez no ha habido tantos, ha faltado el canciller chino, por supuesto Joe Biden…
Eugenio Mallol.-Canadá, Francia y Reino Unido tampoco estaban…
Javier García.-Han faltado muchos pesos pesados políticos, pero ha habido más CEOs de grandes empresas que nunca. Hemos visto dos tipos de CEO: el que iba con una visión un poco a la defensiva, de cómo capeo estos años de precios altos, de incertidumbre energética, de problemas para acceder a materias primas; y el que iba con una actitud más ofensiva, cómo liderar en un tiempo de incertidumbre en el que de nuevo va a haber grandes oportunidades.
Eugenio Mallol.-Y la parte negativa.
Javier García.-Se ha proyectado una visión negativa en lo referente a la tecnología. En Davos y en todos los grandes foros, las grandes empresas tecnológicas eran las que creaban empleo, riqueza, oportunidades y hacían grandes promesas. Ahora están scaling down, reducen plantillas, obviamente beneficios y promesas. Meta con el metaverso, el coche eléctrico queda muy lejos… ha habido un reposicionamiento de estas compañías.
Eugenio Mallol.-No ha habido alguna tecnología ganadora en este Davos, ni siquiera el hidrógeno.
Javier García.-No. Hay promesas, habrá cosas que en el futuro serán grandes oportunidades, pero me gustaría ver qué sería del hidrógeno sin las ayudas europeas y de Estados Unidos. Eso me conecta con el otro gran titular importante: este Davos ha sido el del fin del libre mercado tal y como lo conocíamos.
Eugenio Mallol.-Ese es un supertitular.
Javier García.-Por un lado, está la narrativa del discurso del profesor Klaus Schwabb [fundador y presidente ejecutivo del World Economic Forum] en la línea del capitalismo del stakeholders, de la sociedad y no del accionista. Pero, por otro lado, estamos viendo cómo EEUU y Europa lanzan paquetes masivos de ayudas a sus grandes empresas, lo que acaba con ese mantra de que el Estado no tenía que entrar decisivamente en la economía.
Eugenio Mallol.-Al menos aspiran a cambiar el modelo productivo.
Javier García.-Están eligiendo las opciones ganadoras: ¿el hidrógeno?, dinero al hidrógeno. No porque sea una decisión del mercado, sino política, del Estado. De modo que una cosa que se había visto como excepcional y algunos dijeron que había sido un fracaso del capitalismo, cuando en 2008 tuvieron que entrar los Estados a defender a los bancos, supuestamente como algo puntual y para el sector financiero, ahora vemos que es la normalidad. Y encima ni siquiera es el debate. En mi opinión, todas las grandes empresas han ido a Davos con la mentalidad de que el Estado desempeña un gran papel.
Eugenio Mallol.-Sin la guerra comercial con China probablemente no hubiera existido esta clase de apoyo público.
Javier García.-Claro, porque se han dado cuenta de que China juega con las cartas marcadas. Han dejado de no jugar con las cartas marcadas. Y la otra complicación es que vivimos en una economía de guerra. Los países occidentales tienen toda una narrativa en el sentido de que hay un país que está siendo atacado y eso nos lleva a una reflexión sobre Rusia, Ucrania y la parte de pesimista que realmente me preocupa. Es la primera vez que Rusia no está en Davos, ni el Gobierno ni las empresas, que tenían siempre una presencia destacada, porque tienen a empresas energéticas potentes con intereses en Europa. Este año se han convertido en otro paria como Irán o Corea del Norte, tienen el mismo tipo de visibilidad. Obviamente, el WEF es un evento occidental, hasta cierto punto, pero están todos los países y todas las grandes empresas del mundo, menos unos pocos, entre los que se incluye ahora Rusia, que se ha quedado completamente desplazada.
Eugenio Mallol.-Esa fractura sí es un motivo serio para el pesimismo.
Javier García.-Una de las decepciones del foro de este año, y es algo me conecta con esa idea de por qué algunos hemos salido con una idea pesimista, es que la discusión sobre Ucrania solo ha sido si Alemania permitía a los países con tanques Leopard enviarlos o no y si EEUU también se los daba a Zelensky. Eso, para la mayoría de personas que estaban allí era como oír: “esto no se va a acabar nunca”. Porque no se ha utilizado el Foro para ver de qué manera encontramos una salida al conflicto, sino cómo seguimos enviándole tanques más grandes a Ucrania. Esa es otra parte de ese pesimismo, el gran elefante en la habitación, la única discusión, es cómo lo armamos más y no cómo acabamos con esto, cuando el espíritu de Davos siempre ha sido, en caso de conflicto, ver cómo ponemos a las dos partes para que hablen. No digo que no haya que armar a Ucrania, esa es otra cuestión, sino que la percepción es que esto va a durar para mucho. Eso me lleva a la parte del espíritu negativo, los problemas se están enquistando, esta idea de la policrisis, de que todos los problemas están interconectados, son muchos y permanentes, es una realidad, así como que la globalización debe dar paso al multilateralismo.
Eugenio Mallol.-Explícame la diferencia.
Javier García.-La globalización entendida como producir más barato y sin regulación, o con menor regulación, en otros países, ha demostrado ser un fracaso porque crea problemas que no somos capaces de digerir. El multilateralismo es un objetivo más que una realidad, consiste llegar a pactos para acabar con los grandes problemas. Al Gore tuvo una intervención espectacular sobre nuestra incapacidad para atacar un solo problema en el que estemos de acuerdo. Se ha puesto de manifiesto que los líderes mundiales no consiguen abordar todas estas policrisis que tenemos por delante. Esa es la desesperanza con la que hemos salido muchos de Davos este año.
Eugenio Mallol.-Si la economía va bien, se asumirá sin problemas.
Javier García.-El error de esta simplificación es pensar que no pasa nada, porque las cifras no van a ser tan malas y vamos a poner los tipos de interés más altos. La microeconomía, la calidad de vida de muchas personas, sí se va a ver afectada, irá a peor. Habrá mucha gente que salga de esta muy, muy apurada. Y eso conecta con otro de los grandes temas de Davos que es el fracaso de las democracias, la polarización, el fanatismo. Las cifras de paro no son muy altas, pero hay empleos muy precarizados y en EEUU cada vez aumenta más el número de pobres.
Eugenio Mallol.-Del WEF pasaremos al West Económico Forum, al menos no habrá que cambiar las siglas.
Javier García.-Yo diría que al Wild Economic Forum, el sálvese quien pueda.
Eugenio Mallol.-Cómo ves a Europa en ese Nuevo Orden.
Javier García.-En Davos el papel de Europa siempre está sobreexagerado, porque se hace aquí y tiene mucha voz. EEUU no está tan presente, no ha venido Biden, pero es que esta vez ha sido el foro de las empresas. Tampoco han estado los grandes dirigentes europeos, ha faltado mucho gran presidente, han estado los de segunda categoría.
Eugenio Mallol.-Y si nos ponemos en la piel de las empresas españolas internacionalizadas de tamaño intermedio. Cuál debe ser su estrategia.
Javier García.-Hay dos tipos de actitud en esas empresas intermedias que han ido a Davos. La mayoría están con actitud defensiva, a ver cómo capeo, quizás reduciendo personal y gastos, concentrándome en menos mercados, exponiéndome menos, gastando menos en I+D, con una aproximación muy conservadora que va a salir perdiendo, pero no mucho. Y luego están las empresas que están aprovechando la situación y ven todo esto como una oportunidad. Esas son las que van a redefinir este tiempo, las que ven cómo pueden aprovechar para acercarse a otros mercados y nichos donde habrá menos competencia porque hay más miedo.
Las que se están retirando están dejando oportunidades para que aquellas que sí tienen músculo, y hay muchas empresas que tienen ahorro y capacidad de inversión, ocupen esos territorios. Y también un poco por las modas, ahora muchas empresas están yendo donde está la subvención, que si el hidrógeno, el litio, el eléctrico, y ahí habrá mucha gente pescando. La clave está en esas empresas offensive que abren lugares nuevos no donde está la subvención y lo seguro. Ahora es el momento para los valientes, ocupar los huecos donde hay mercados peor atendidos. Es la gran oportunidad para las empresas que quieran pescar en océanos azules.