Innolandia, lista para ‘aumentar’ su innovación artesana con inteligencia artificial

Tras una etapa en Procter & Gamble, como responsable de innovación logística, y unos años dedicado a liderar el Centro Tecnológico del Terciario Avanzado en la Comunidad Valenciana, Ángel Alba , decidió iniciar en 2012 una aventura en solitario para aplicar su conocimiento a la transformación de las personas que integran las empresas. La etiquetó como Innolandia. Cinco años después incorporó a la primera persona a su equipo y se constituyó como empresa.

Apostó por presentarse en el mercado, a través de una ventana online, como un consultor artesano de innovación. “Empecé escribiendo un blog, en 2012 no había nadie dispuesto a pagar”, explica Ángel Alba. Aquella incursión en el marketing de contenido acabó dando sus primeros frutos un año después, cuando “surgen varios proyectos a la vez”, como el asesoramiento a una startup noruega a través del Ayuntamiento de Alicante o la transformación de la estructura del Elche CF con motivo de su ascenso a Primera División en 2013. Además ese verano realiza su primera charla en Latinoamérica.

El proyecto Innolandia sigue creciendo de la mano de la Escuela de Organización Industrial (EOI), con la que colabora en diversos proyectos en 2014 y 2015. Momento en el que, con la ayuda del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) de la Generalitat Valenciana, Ángel Alba logra la homologación como ‘innovation coach’ de la Unión Europea.

Ese salto cualitativo le permite hacerse cargo de un primer proyecto para una spin off del Instituto Tecnológico del Embalaje, el Transporte y la Logística (Itene) que había patentado un envase inteligente. “Le propusimos que lo vendiera directamente a la distribución, que es la que tiene capacidad de influir aguas arriba”, dice Ángel Alba. En Murcia, prestó sus servicios a una empresa con una patente de valorización del residuo de la algarroba. De ahí el salto a asesorar a empresas portuguesas. “Se trataba de proyectos muy técnicos, pero sin idea de mercado, que no sabían a quién debían dirigirse para vender”.

La actividad de Innolandia se perfila y queda plenamente definida en esa etapa: consiste en “ayudar desarrollar productos, servicios y procesos innovadores utilizando design thinking”. En 2017, año de su constitución como empresa, se produce otro hito clave, cuando inicia su colaboración con el Grupo Enfoca, una agencia de marketing digital de Alicante “especializada en servicios online con mucho enfoque en diseño”.

A partir de ese momento, se produce una sucesión de saltos cualitativos en la trayectoria de la idea puesta en marcha por Ángel Alba en 2012. Desarrolla un curso online de innovación interno para Pfizer España, acompaña a la empresa alimentaria DACSA en su giro de la I+D tecnológica a los nuevos productos, ayuda a Ferrovial con su programa de intraemprendimiento interno. Trabaja con clientes de toda España con una combinación híbrida online – presencial desde Alicante. Más adelante se suman Quescrem, FAES Farma, Nippon Gases, Sener, El Pozo, Chovi, el Puerto de Alicante…

“El sistema de captación es una de nuestras señas de identidad, está basado en el marketing de contenido”, afirma Ángel Alba. “Acumulamos ya más de 500 post prácticos y cada lunes enviamos una newsletter a la base de datos de más de 11.000 suscriptores. Tenemos la única newsletter de pago en castellano sobre innovación todos los viernes.

«Fuimos los primeros que tuvimos un campus online, una plataforma propia construida en 2015 con cursos disponibles para contratación. Junto a ello, paquetizamos nuestro conocimiento, elaboramos manuales con la metodología design thinking y lean start-up para consumirlo físicamente en una caja. Incluso creamos la Blue Bag personalizada para Unicef España”. Aquella propuesta recibió el reconocimiento de la International Society for Professional Innovation Management (ISPIM) en su Innovation Conference de 2020. Y ahora publico mi segundo libro, Re-aprender a innovar, autoeditado en Amazon”.

Según la visión de Ángel Alba, los consultores pueden prestar sus servicios profesionales de tres formas. En la opción Do For You, a la que es ajena Innolandia, se ofrece un escaparate de soluciones y la consultora realiza el proyecto para el cliente. La alternativa Do With You consiste en trabajar con un equipo de profesionales de la empresa, en formarlos y acompañarlos durante todo el desarrollo del proyecto, adaptando la herramienta tecnológica de gestión de la innovación a su realidad. Por último, Do Yourself opta por poner a disposición del cliente esas herramientas y le explica la manera óptima de utilizarlas, “hay gente que me dice que con nuestras cajas o nuestros posts ha conseguido implantar toda una estrategia de innovación”. Así hasta más de 400 clientes en 11 países.

La gran diferencia de Innolandia es, por consiguiente, su capacidad de acompañamiento a los equipos, para “hacer que las cosas pasen y que no dependan de nosotros, el conocimiento y la sistemática deben quedarse dentro de la empresa. Trabajamos con más de 50 equipos al año”. A Ángel Alba le gusta definir su trabajo como una forma de “consultoría artesana”, que viene a ser un concepto hermanado al de “innovación artesana”.

Obligada por su posicionamiento en el mercado a anticipar los cambios, Innolandia está inmersa en la aplicación de una nueva visión de innovación aumentada capaz de incorporar la inteligencia artificial generativa a los procesos de innovación. El 60% de sus clientes pertenecen a los sectores farmacéutico agro-food y hospitales, aunque trabajan con diferentes sectores  porque las organizaciones tienden a autosegmentarse. “No trabajamos con empresas, sino con personas”, es otro de los principios fundamentales de su cultura, apunta Ángel Alba.

“Somos gestores del cambio, ayudamos a que pasen cosas”, añade. Desde la pandemia, se esá ampliando la brecha entre las empresas innovadoras, que innovan más y más rápido, y las que no lo hacen. “La innovación es cada día más compleja, porque intervienen un número creciente de factores, la falta de tiempo, el excesivo número de proyectos,  la resistencia al cambio, y confluyen al mismo tiempo, por eso resulta más práctico aplicar un modelo artesanal, porque hay que crear una cultura innovadora para ser realmente innovadores”.