IA2 y CIGIP, la dupla del HUB4.0MANUVAL de la UPV, comparten laboratorios, impulsan la autonomía tecnológica y defienden la neutralidad académica

Más de 120 proyectos de I+D, 160 contratos industriales y laboratorios donde se puede “probar antes de desplegar” avalan al Instituto de Automática e Informática Industrial (AI2) y al Centro de Investigación en Gestión e Ingeniería de Producción (CIGIP) como un socio estratégico clave para proveedores y clientes en el proceso de la digitalización 4.0.
Carla Mansanet
7 de julio de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
IA2 y CIGIP, la dupla del HUB4.0MANUVAL de la UPV, comparten laboratorios, impulsan la autonomía tecnológica y defienden la neutralidad académica

Desde la automoción hasta la alimentación, cada vez más compañías aspiran a ganar eficiencia y resiliencia sin detener sus líneas de producción. En el campus de la Universitat Politècnica de València (UPV), el HUB4.0MANUVAL actúa como un puente entre la investigación universitaria y la fábrica. Gracias a la sinergia de dos centros complementarios, el AI2 y el CIGIP, el hub de innovación ofrece soluciones que abarcan desde la robótica y la visión artificial hasta la analítica avanzada capaz de predecir y optimizar cada recurso.

Su estrategia se basa en funcionar como un cerebro con dos hemisferios especializados, pero complementarios. Francisco Blanes, investigador del AI2, explica que todo lo relacionado con la interacción con el mundo físico recae en su equipo, donde convergen robótica, sensorización y visión artificial para “tocar” la planta. Su contraparte, Francisco Fraile, responsable de proyectos en el CIGIP, sitúa la misión de su unidad en un plano estratégico al monitorizar, predecir y planificar el rendimiento con algoritmos que convierten los datos en decisiones.

“La combinación de competencias permite desarrollar soluciones verticales que engloban desde la automatización de un robot hasta la programación de la producción”, detalla Blanes. Para el cliente industrial el proceso es transparente, con una sola puerta de entrada a un abanico completo de tecnologías.

Cuatro palancas de innovación 4.0. 

La oferta se articula en automatización y robótica avanzada, logística y producción inteligente, digitalización de planta y toma de decisiones basada en datos e inteligencia artificial aplicada; esta última como corriente transversal que impulsa a las anteriores y multiplica su impacto. Integrados en la UPV, los equipos han ejecutado más de 120 proyectos de I+D y suscrito 160 contratos con empresas. 12 millones de euros de financiación pública y 3 de inversión privada respaldan una trayectoria que se mantiene imparcial respecto a proveedores y marcas para garantizar diagnósticos sin intereses comerciales.

Su singularidad radica en que no compiten en el mercado como una empresa convencional: “actuamos como lo que somos, un agente académico neutral que pone en contacto a proveedores tecnológicos y a usuarios finales”, lo cual facilita la creación de consorcios y alianzas a medida. Esta neutralidad les permite compartir buenas prácticas, transferir conocimiento y adaptar soluciones sin conflictos de interés. Además, la infraestructura universitaria, que cuenta con más de 2 mil metros cuadrados de laboratorios, líneas piloto y salas de realidad virtual, funciona como un auténtico sandbox donde cualquier organización, grande o pequeña, puede ensayar sus ideas con riesgo cero y sin interrumpir su producción.

Al fin y al cabo, cuando una planta no puede parar, los ensayos viajan al campus. Según Fraile, “robots industriales y móviles, células de visión y capacidad de cómputo permiten a las empresas validar prototipos sin riesgo ni interrupciones”, una ventaja que acelera la adopción de nuevas soluciones. 

Entre los casos más representativos figuran RODAT, la plataforma que conecta robots heterogéneos y aprovecha los datos extraídos de los mismos; LogiBlock, la herramienta que gestiona flotas autónomas en pymes manufactureras; AIPRISM, el ecosistema de IA centrada en mejorar la colaboración humano-robot; y AgileHand, la tecnología que manipula productos blandos, proyectos que ilustran la diversidad de sectores transformados.

Blanes y Fraile subrayan la relación de beneficio mutuo que se establece con las empresas: “Ambos institutos aportan formación, acceso a talento y la posibilidad de licenciar resultados de investigación sin competir contra las ingenierías, sino como un catalizador que acelera el cambio en las mismas”. La próxima ola tecnológica pasa por integrar LLM (Large Language Model) en procesos productivos, de modo que se dotan a las máquinas de más autonomías, capacidad de cómputo y eficiencia energética. De esta forma, en acompañamiento de la IA, el acombo IA2 y CIGIP deviene ampliar la frontera de la Industria 4.0 y conectar la investigación con la realidad de la fábrica.

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