¿Hay demasiadas startups?

Las dinámicas de inversión en este 2024 no sólo no mejoran los datos de 2023, salvo en ámbitos muy concretos como la IA generativa y las energías limpias, no hay dinero para todos y el mercado es cada vez más selectivo, por cruel que suene y por contraproducente que parezca para el impulso de la innovación, el fenómeno startup puede resultar el más prescindible para el implacable brazo financiero
Eugenio Mallol
14 de julio de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
¿Hay demasiadas startups?
Un participante en el espacio para startups industriales de la última edición de la Hannover Messe.

Los dos primeros trimestres de 2024 han consolidado varias tendencias preocupantes en el mercado del capital riesgo, según escribe Michael Bodley en PitchBook: “escasez de ofertas públicas, rondas de compra definitivas y lanzamientos de fondos que se agotaron más rápido que un lago en Phoenix”. El comportamiento de la inversión es ciertamente errático porque, en tiempos de crisis como el actual, parece haber vuelto a los fundamentales. Y, por cierto… ¿cuáles eran?

Porque probablemente a estas alturas no todos tenemos el mismo recuerdo de ellos. El Energy Council, una filial de prestigio de Blackstone, se ha convertido en la principal red de finanzas e inversiones del mundo del sector energético global. Su reunión en Nueva York de hace unos días terminó con el toque de campana de cierre de sesión en la sede Nasdaq. Es una imagen perfecta del estado de las cosas.

Según reciente el informe World Energy Investment de la Agencia Internacional de la Energía, el mundo ahora invierte casi el doble en energía limpia que en combustibles fósiles, y la inversión en energía solar fotovoltaica supera ahora a todas las demás tecnologías de generación combinadas. Para “subir la colina empinada y mantener los 1,5 °C al alcance”, añade el informe, hay que triplicar la capacidad de energías renovables y para ello se necesitará duplicar las inversiones.

En consecuencia, los fondos de inversión sostenibles han recuperado su vigor a principios de 2024. El secreto parece residir en que, al fin, la industria financiera se está centrando en planes de transición creíbles. Hoy en día, el sector privado respalda aproximadamente el 73% de las inversiones en energía en general, y el sector público sólo tiene más protagonismo en China y algunos otros países emergentes.

Ahora volvamos al mucho menos centelleante primer semestre del capital riesgo. Desde 2016, no se veían cifras tan bajas de pagos a los socios sin responsabilidades de gestión por sus exit a nivel global y desde 2015 no se recaudaba tan poco (85.000 millones de dólares) en compromisos de capital de socios institucionales. Los 1.300 vehículos nuevos de inversión que se prevén este año están lejos de los 4.000 de 2021. “Las perspectivas de inversión nunca han sido más sombrías”, dice Badley, “quizás el problema sea que hay demasiadas startups”.

¿Ha llegado la hora de la tantas veces anunciada durante los dos últimos años “extinción masiva” de startups? Lo cierto es que los nuevos emprendedores se van a enfrentar a un entorno de financiación brutal. En Estados Unidos operan actualmente más de 55.000 empresas de reciente creación respaldadas por capital de riesgo y las empresas en etapas avanzadas y en crecimiento están demandando más del doble de capital del que les suministran los inversores, según el informe. Sólo se puede equiparar a la fortaleza de las energías limpias el segmento de la inteligencia artificial generativa y el aprendizaje automático. Los fundamentales a los que estamos volviendo son, en efecto, los financieros.

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