
Gemelos Digitales de segunda generación: la clave para gestionar sistemas complejos

La industria tecnológica enfrenta un desafío fundamental: los sistemas que construimos ya no son simplemente complicados, son complejos. Esta distinción, aunque sutil, marca la diferencia entre el éxito y el fracaso en la era digital.
Un sistema complicado, como un reloj, puede descomponerse en partes comprensibles y su comportamiento es predecible. Al contrario, en un sistema complejo, como una organización empresarial, nos encontramos un modelo de comportamiento y de evolución difícil de gestionar. Por eso el management es tan valioso. En un sistema complejo, los comportamientos son con frecuencia emergentes e impredecibles, porque surgen de las interacciones y no de las partes individuales. Las empresas modernas operan como conjuntos de sistemas (Sistemas-de-Sistemas), donde se combinan muchos componentes organizativos, sociales, tecnológicos, regulatorios, financieros, políticos, medioambientales, etc. que interaccionan de forma autónoma y que debemos coordinar para que la empresa tenga éxito.
En este sentido la transformación digital no consiste en implementar nuevas aplicaciones, sino en orquestar ecosistemas tecnológicos heterogéneos para que se relacionen de forma fluida con el resto de sistemas no digitales y generen valor conjuntamente. Esta relación por un lado es operativa, con el objetivo de aumentar la eficiencia, y también estratégica, porque es clave para multiplicar la innovación, la creatividad y la adaptación competitiva de la compañía. El mundo digital se convierte en el pegamento y en el conductor de eventos y reglas de juego a través de nuestra organización y en contacto con todos los otros participantes (personas, empresas, instituciones, etc) que intervienen de forma directa o indirecta.
En esta concepción de la empresa como un sistema complejo, IT nos proporciona el ecosistema digital que soporta el presente de la empresa y coordina y apoya su evolución futura. Es un actor clave a todos los niveles y juega un papel activo y determinante para que la empresa tenga éxito en su evolución: eficiencia, innovación y adaptación competitiva son las claves del éxito.
Para crear esta estructura de IT como gestor del ecosistema organizativo de la empresa nos hace falta un nuevo tipo de tecnología: un Gemelo Digital. Este es una plataforma tecnológica que puede adaptarse de forma transversal a todas las áreas de la empresa, facilitando una organización por procesos y una orquestación masiva de tecnologías y actores internos y externos. Un Gemelo Digital es una plataforma que “aprende” a trabajar dentro de una organización para generar valor de forma personalizada. La personalización es central: cada organización es un mundo distinto con su propia identidad, comportamiento y evolución.
Los gemelos digitales son, por tanto, una nueva frontera tecnológica, lejos del mundo convencional de la programación. Hoy se pueden diferenciar en dos generaciones. En la primera, el gemelo se responsabiliza de tareas como control, simulación y optimización. Es decir, es un actor pasivo a nivel operativo, y actúa como una fuente de información para la toma de decisiones. En la segunda generación, el gemelo se implica en la gestión de la empresa como un actor central. Por usar un símil, es la comparación entre un simulador de vuelo y un piloto automático. En este caso, la evolución del modelo organizativo de la empresa (eficiencia, innovación, gestión del cambio, etc) se la vamos a dar al gemelo; él va a aplicar las reglas organizativas que decidamos, y nos va a ayudar a ponerlas en marcha, a facilitar el cambio, a implantar mejoras y a medir la evolución. En UGROUND desarrollamos esta tecnología de segunda generación.
Un aspecto central cuando diseñamos sistemas complejos usando gemelos digitales es que los componentes que intervienen en los procesos suelen tener independencia de gestión y sus propios objetivos, que con frecuencia pueden ser opuestos. Por ejemplo, una cadena de valor en el gemelo puede cruzar diez departamentos internos, integrar cinco actores externos y orquestar diez plataformas tecnológicas muy diversas. El gemelo no puede garantizar que todo funcione bien todo el tiempo, que el comportamiento de todos los actores sea homogéneo y coherente, y que el entorno sea predecible siempre. En consecuencia, cuando trabajamos con gemelos digitales y un enfoque a sistemas complejos hay nuevas palabras clave como gestión de incertidumbre, variabilidad, resiliencia, adaptabilidad dinámica o control del entorno.
Para todo ello trabajamos sobre nuevas metodologías de análisis y diseño de procesos, y en nuevas capacidades de los gemelos para manejarse en entornos donde la resiliencia, adaptación dinámica y evolución continua son claves.
En suma, la ingeniería de sistemas complejos no se limita a trabajar en aspectos soft, desde una visión de disciplina académica, sino que es la clave para construir la infraestructura tecnológica que sustentará el futuro de las empresas.