La nueva ola de inteligencia artificial obliga a repensar el reparto de responsabilidades en las organizaciones.
Las empresas tienen que hacer la transición hacia modelos de gestión en los que la precisión y la eficiencia se reservan cada vez más a las máquinas inteligentes, bajo la supervisión de profesionales especializados, y en los que cobran protagonismo nuevas funciones dirigidas por la capacidad de adaptación, la flexibilidad, la creatividad y la imaginación.
Entramos en la era de la Industria Cre[ai]tiva. Las personas desarrollan todo su potencial en el punto de intersección del diseño, la innovación y la ingeniería convencional, con el soporte de una IA que dota de autonomía a todos los procesos.
Gobernar esa nueva Industria Cre[ai]tiva exige nuevos tipos de liderazgo, que combinen el conocimiento multidisciplinar con la visión de negocio, para determinar el espacio que ocupará la IA en nuestra organización y ofrecer márgenes de libertad para el nuevo tipo de profesionales que deben conformarla.