Entre la urgencia de revivir y el reto de la industria 4.0 y la movilidad eléctrica

Constanza Retamal (Atlas Tecnológico), Diego Sáez de Eguílaz (MESbook), Juan Vicén (Zeleros Hyperloop) y Àurea Rodríguez (EIT Culture and Creativity) analizan en el New In Revive Valencia las tecnologías y el ritmo de la reconstrucción, que debe ser ágil para que nadie se pierda por el camino y debe mirar también a largo plazo
14 de enero de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Entre la urgencia de revivir y el reto de la industria 4.0 y la movilidad eléctrica
Sergio Martín conversa con Constanza Retamal, Juan Vicén, Diego Sáez de Eguílaz y Àurea Rodríguez.

Explica Diego Sáez de Eguílaz, CSO de MESbook y ponente de la mesa sobre «Nuestro potencial tecnológico es nuestra capacidad para resolver necesidades» del New In Revive Valencia, que la tecnología es «una herramienta para un fin». Ante la tragedia de la dana de Valencia, «tenemos que separar muy bien qué es lo importante y qué es lo urgente. La tecnología no se aplica inmediatamente, por mucho que funcione casi a la velocidad de la luz. Lleva su tiempo y tenemos unas urgencias en una situación como la que estamos viviendo que debemos cubrir. Se trata Maslow: voy sin zapatos por la calle. Hay que conseguir el equilibrio entre cómo montamos la tecnología a la vez que estamos atendiendo esas necesidades iniciales que son fundamentales».

El reto es una buena combinación de «gente remando y gente al timón», según Sáez de Eguílaz. «Tenemos la tendencia de hacer cosas, y parece que haciendo cosas llenamos el tiempo, pero estamos dando vueltas y no hay nadie al timón. La función de las instituciones es fundamental, el dinero que es el elefante en la habitación, tiene que llegar al bolsillo de la gente. Tengo clientes que dicen: ‘hasta abril no abro, tengo toda la nave inundada’. Puedes derivar producción a subcontratistas para mantener tu supervivencia, a corto con inyección de dinero, y no perder clientes. Eso tienes que combinarlo con la idea de aprovechar la oportunidad y cambiar las máquinas obsoletas. Eso requiere un análisis, no puedo comprar por comprar».

A juicio del cofundador de MESbook, «proyecto pequeño, problema pequeño. La megalomanía de los proyectos sólo supone pegarse tiros en el pie. Con los yaquestamos, al final no cierras ningún proyecto, cada parte de ese proyecto demasiado grande tiene capítulos por abrir, no hay un entregable, no hay un aporte de valor, todo se prolonga en el tiempo y acaba muriendo. Ahora tenemos esa nave industrial llena de barro, sucia, sobre la que hay que actuar. Hay mucho por hacer, la planificación, con un concepto casi militar, dividir la planta por secciones, acción sobre cada una de ellas, ir poco a poco y que cada paso que des esté basado sobre el éxito del anterior. Esa es la mejor receta, por mucha prisa que tengas».

MESbook acaba de lanzar el programa Impulsa 4.0. «Primero, nos inspiramos en el tema de la dana y luego pensamos en hacerlo para todo el mundo. Nos hemos encontrado con dos problemas: uno, que había un bombardeo de iniciativas, de ayudas, subvenciones, a los usuarios que nadie entendía; y, dos, un exceso de teoría y una falta de hechos. Hemos unido todo nuestro know how industrial, el sentarnos en la mesa para ayudar a gestionar mejor y más eficientemente. Es un desastre, pero antes nunca teníamos tiempo para atacar a lo importante y ahora ese tiempo lo podemos tener porque no hay más remedio».

Impulsa a 4.0 «se apoya en esa consultoría, en esa definición, pero añadiendo además la herramienta, el destornillador, porque si no te quedas en la teoría», afirmó Sáez de Eguílaz. «El porcentaje de valor que se queda en las organizaciones de procesos de solo consultoría es casi anecdótico, muy bajo, porque la gente no quiere cambiar y siempre acaba yendo a sus rutinas diarias. Dejando la herramienta y metiendo el destornillador, junto con cómo utilizarlo, la tecnología puede aportar. Nos va a hacer mucho más competitivos, mucho más fuertes. Sobre todo, con retorno, payback, se trata de coger el dinero del suelo y meterlo en el bolsillo».

Impacto social y/o económico

Sáez de Eguílaz criticó «la falta de agilidad, la falta de administraciones diligentes que tomen decisiones con riesgo. Los fondos Next Generation son casi como la lluvia, estoy esperando a que caiga dinero y no llueve nunca. Se habla de miles de millones, pero en la facturación de las empresas que damos servicio no se ve reflejado, no hay proyectos, las aprobaciones y la burocracia de todas las resoluciones asociadas, no ocurre nunca. Esa falta de concreción es uno de los enemigos, porque lo que necesita la gente son soluciones rápidas«. En última instancia, «el pueblo salva al pueblo me parece perfecto, pero se necesita a alguien al timón. Nadie tiene todos los recursos para solucionar esto».

A juicio de Àurea Rodríguez, directora general de EIT Culture and Creativity CLC South West, «estamos en la época de la humanidad con más conocimiento y tecnología, pero a veces no se nota. Y eso no es culpa de la tecnología, sino de cómo la utilizamos y para qué. Cuando todos vamos en la misma dirección y sabemos lo que queremos hacer, es fácil utilizar estas herramientas más rápido y eficientemente, siempre y cuando tengamos presentes a las personas».

«Cuando hablamos de innovación siempre la relacionamos con la tecnología intuitivamente, pero no es así. Ahora que estoy más en el mundo de las industrias culturales y creativas, hablamos de la innovación social y/o económica con impacto social y/o económico. Es muy tangible lo que va a pasar, lo primero es la base, que todas las personas tengan un mínimo, y a partir de ahí todos en la misma dirección, una reconstrucción y un plan», explicó.

Respecto a las posibilidades que se abren en el inicio de la nueva legislatura en la Comisión Europea, Àurea Rodríguez señaló que «básicamente se habla de tres prioridades: la libertad, en el sentido de que Europa tiene que ser bienestar; la seguridad, por motivos obvios, no solo por los conflictos, sino también este tipo de circunstancias que hacen que la pirámide de Maslow exista; y la competitividad, todo esto tiene que tener un impacto y tenemos que mantener la industria, la economía, etcétera».

En ese ámbito de la competitividad se habla de la triple transición, explicó. «Tiene que ser social, es decir, que no podemos tener Europa sin los europeos, no podemos hacer las cosas sin la gente, de arriba abajo, porque esto no funciona; sostenible, con el European Green Deal y otra serie de políticas que van a hacer que hagamos las cosas de otra manera, y aquí la presidenta Von der Leyen precisamente habla del New European Bauhaus, que es un programa de cómo diseñamos las ciudades, cómo hacemos justamente nuestra arquitectura, nuestra manera de vivir, nuestra sociedad, más resilientes al cambio climático con el conocimiento y la innovación; y digital, que es transversal a todo lo que estamos haciendo hoy en día».

Según la directora del EIT Culture and Creativity CLC South West, el informe Draghi insta a poner en circulación 800.000 millones de euros al año más. «La gente que está trabajando en ese sentido es consciente de que, para ser competitivos, para dar respuesta a estos tres epígrafes hace falta recursos».

La clave ante catástrofes como la de la dana de Valencia «es tener un plan de contingencias. Finlandia de alguna manera se está preparando por si Rusia decide atacar». A continuación, hay que abordar la reconstrucción con visión a medio y a largo plazo, «pero incluso así hay cosas que son urgentes, las empresas no pueden estar un año sin funcionar porque cierran. De la misma manera que con el COVID aprendimos que hay ciertas cosas que tienen que ir más rápido que con los procedimientos habituales, y la Comisión habla de la revolución de la simplificación, se está aprendiendo que hay cosas que vulneran nuestra competitividad, nuestro bienestar, y hay que hacerlas ya o para ayer».

Modelo colaborativo

La responsable de orquestación de Atlas Tecnológico, Constanza Retamal, insta a «hacer énfasis en las distintas tecnologías que puede adquirir una empresa a la hora de apostar por la reconstrucción. Y también en el modelo colaborativo, hay que abrir la mente, expandirnos, ver qué está haciendo el otro y, establecer las estrategias acompañado de lo que muchos estamos hablando, de innovación abierta. Yo sí creo que la clave es la colaboración».

En Atlas Tecnológico, «una de las cosas a los que nos dedicamos y hacemos muy bien es cubrir esa necesitad de las empresas industriales a la hora de buscar un proveedor tecnológico. Muchas veces nos dicen: ‘eso lo hacemos nosotros en interno’, y les solemos responder que nos parece perfecto, pero si externalizan con nosotros una parte de ese proceso no se verán obligados a destinar recursos a buscar el proveedor adecuado. Tenemos un ecosistema muy potente de colaboradores, especialistas en distintas áreas tecnológicas, que pueden dar respuesta mucho más rápida y ayudan a acortar los plazos de innovación. En un proceso de reconstrucción, tenemos que conseguir que sea más ágil y ahí va de la mano en apoyarse en estas empresas externas, instituciones, universidades, etcétera, que te ayuden a resolver esas necesidades».

Según dijo, «muchas veces pensamos que las empresas no pueden hablar de sus procesos o que los sectores son muy distintas, como automoción y agroalimentario, pero sí hay cosas y tecnologías que pueden ser aplicables en ambos. Una de las cosas que más nos enriquecen día a día es ver cómo entre empresas industriales se apoyan y fomentan la colaboración. Lo importante siempre va a ser escuchar qué es lo que se necesita, pero también fomentar y dar al cliente una red de apoyo que tenga distintas vertientes». Por todo ello, la responsable de Atlas Tecnológico defendió la necesidad de «establecer estrategias y comunicarlas, porque hay veces que se puede estar trabajando a través de alguna medida, pero no se comunica hasta que ya se hace efectivo».

Referente en movilidad eléctrica

«Apuesto por el apoyo a la parte tecnológica en esta reconstrucción, si bien creo que también la tecnología tiene que ser útil, es decir, no vale con crear una máquina perfecta o muy vistosa si no tiene en cuenta las necesidades de la gente y dificulta o retarda ese progreso», afirmó el CMO de Zeleros Hyperloop, Juan Vicén.

El suyo es «un proyecto a largo plazo, queremos desarrollar una red de metro que conecte diferentes capitales europeas en cuestión de minutos. No es un proyecto fácil, es necesario construir infraestructura, todos los actores deben estar involucrados, la Comisión Europea debe aprobar esas rutas, los países y las ciudades deben estar de acuerdo en que esas rutas pasen por sus territorios. Lo que hemos hecho desde 2015 ha sido tratar de conectar con todos esos actores que pueden hacer que el ecosistema sea una realidad. Con esa visión muy nítida de lo que queremos hacer a largo plazo, pero sabiendo que hay que hay un montón de pasos intermedios».

En el caso de la reconstrucción después de la dana, «se necesita esa visión a largo plazo, pero también ese corto plazo de lo que quieres hacer. En nuestro caso, una unidad de levitación no te da la idea del sistema que lleva a los pasajeros a altas velocidades, pero ya es un granito que, si funciona, permite construir el resto«.

Las nuevas tecnologías «pueden aportar muchísimo», en su opinión. Ahora mismo, «podemos tener en nuestro teléfono aplicaciones que permitan dar feedback a las instituciones de lo que lo que cada una de los ciudadanos piensa. Es verdad que, como cuando tienes un montón de hormigas y lanzas una gota de agua y empiezan todas a moverse intentando encontrar una solución, hasta que no transmites un rumbo claro la gente puede ser muy ineficiente. Ha ocurrido un evento trágico, pero siempre puede haber una oportunidad de ser referentes en esa transición que se va a hacer hacia un nuevo modelo de movilidad eléctrica«. Según Juan Vicén, se puede aprovechar la tragedia para «pasar directamente a un motor eléctrico y, si puede ser, compartido, porque a corto plazo a lo mejor no hay suficientes coches para reemplazar todos los perdidos. Tenemos ahora la oportunidad de rehacer en verde. Al final, a veces cada colectivo tiene su lenguaje. La competitividad está muy bien, pero ahora es el momento de la cooperación, sin esta no va a haber aquella. Primero vamos a cooperar, vamos a unirnos y a dialogar lo máximo posible».

Scroll al inicio
Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad