El Gran Reinicio: 10 tendencias que redefinen la infraestructura y el transporte global

El 2025 se está definiendo como un año de inflexión para el sector de infraestructuras y transporte. La convergencia de crisis climáticas, tensiones geopolíticas y avances tecnológicos ha generado un entorno de alta incertidumbre y complejidad. El reciente informe «The Great Reset: Emerging Trends in Infrastructure and Transport» de KPMG traza un mapa de las principales fuerzas que están dando forma a este nuevo escenario global.

A este complejo panorama se suma un factor inesperado: la escalada del conflicto en Oriente Medio, que ha alterado drásticamente las rutas comerciales y logísticas globales. Los ataques a infraestructuras clave y el posible cierre parcial de corredores estratégicos (como el estrecho de Ormuz y el mar Rojo) están elevando los costes logísticos, generando retrasos y poniendo bajo presión a las cadenas de suministro de múltiples sectores.

Por el momento, el conflicto ha obligado a las grandes navieras a desviar rutas comerciales, lo que está incrementando de manera significativa los tiempos de tránsito y los costes de transporte. Además, el alza en los precios del combustible y el encarecimiento de los seguros marítimos están impactando la disponibilidad y el coste de materias primas y bienes de equipo a nivel global. En un momento en que las economías ya enfrentaban fuertes presiones, esta situación pone aún más de relieve la necesidad de transformar la manera en que el mundo concibe y gestiona su infraestructura.

Las 10 tendencias clave

Frente a este contexto volátil, el informe de KPMG identifica diez tendencias emergentes que marcarán el rumbo del sector:

1. La gran privatización
El déficit global de inversión en infraestructuras ha alcanzado niveles históricos. Gobiernos con presupuestos cada vez más limitados están recurriendo a la privatización de activos públicos como estrategia para atraer capital privado. La competencia entre países por captar fondos institucionales será intensa. Modelos como el «National Asset Monetization Pipeline» de India sirven de referencia para canalizar inversiones privadas hacia infraestructura clave. El reto será garantizar que la transferencia de activos al sector privado no afecte la calidad ni la accesibilidad de los servicios públicos.

2. Estandarización de la cadena de suministro
La falta de estándares globales en infraestructura, procesos y regulaciones se ha convertido en un obstáculo para la eficiencia logística. La actual crisis en Oriente Medio ha puesto en evidencia la urgencia de establecer criterios comunes. La estandarización permitirá reducir costes, emisiones y riesgos, y facilitará la integración de la sostenibilidad en la operativa diaria. La colaboración entre gobiernos, organismos internacionales y el sector privado será clave para avanzar.

3. Sostenibilidad en acción
Muchas empresas y gobiernos han hecho compromisos públicos en materia de sostenibilidad, pero la brecha entre la ambición y la acción persiste. Según KPMG, 2025 es el año de alinear objetivos con resultados. Las decisiones estratégicas deben incorporar variables medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). La gestión de la cadena de suministro, la selección de materiales y la inversión en infraestructuras verdes serán áreas prioritarias.

4. El valor de los gemelos digitales
La madurez tecnológica y la irrupción de la inteligencia artificial permitirán que los gemelos digitales pasen de a ser herramientas operativas centrales. Estos modelos digitales permiten simular y predecir el comportamiento de infraestructuras y procesos logísticos en tiempo real. Sectores como puertos, aeropuertos y manufactura liderarán la adopción. La mejora en el mantenimiento predictivo y la optimización de recursos son algunos de sus principales beneficios.

5. Gestión inteligente de activos
La infraestructura del futuro integrará tecnologías emergentes como el Internet de las Cosas (IoT), energías renovables y centros de datos. Esta complejidad requiere abandonar los modelos tradicionales de planificación y mantenimiento. KPMG anticipa un cambio hacia estrategias de gestión de activos más dinámicas y basadas en datos en tiempo real, que permitan optimizar la vida útil, el rendimiento y la sostenibilidad de cada activo. En un entorno donde los recursos son más limitados y los riesgos geopolíticos son más altos, la eficiencia en la gestión de activos se vuelve crítica.

6. Innovación en la construcción
El sector de la construcción enfrenta una presión creciente para hacer más con menos. La escasez de mano de obra y la exigencia de entregar proyectos más rápido y con menos recursos están obligando a las empresas a adoptar tecnologías como BIM (Building Information Modeling), PMIS (Project Management Information Systems) y soluciones de automatización. Según KPMG, las empresas que no adopten esta transformación corren el riesgo de quedar fuera de futuras licitaciones.

7. Resiliencia de activos críticos
El envejecimiento de las infraestructuras, junto con el aumento de eventos climáticos extremos, hace urgente una revisión de la resiliencia de activos críticos. El informe destaca que muchas infraestructuras operan ya más allá de sus especificaciones de diseño original. La falta de mantenimiento adecuado podría derivar en fallos catastróficos. Se requiere un enfoque preventivo que contemple auditorías de riesgos, planes de inversión y reforzamiento de activos clave.

8. Planificación de capacidad a largo plazo
La crisis en la cadena de suministro global y la escasez de talento especializado están provocando retrasos y sobrecostes en proyectos. KPMG recomienda una planificación proactiva que contemple el abastecimiento de materiales y la formación de mano de obra con años de anticipación. Los grandes proyectos deberán mapear sus necesidades a 5 o 10 años vista y establecer relaciones estratégicas con proveedores clave, incluyendo segundo y tercer nivel.

9. Transición energética urgente
La inestabilidad energética derivada del conflicto en Oriente Medio ha puesto de manifiesto la fragilidad del suministro basado en combustibles fósiles. La transición hacia energías renovables se acelerará, pero con un enfoque pragmático: priorizando proyectos que sean viables técnica y financieramente. Se prevé un auge en esquemas de financiación híbrida (blended finance) que combinen fondos públicos, privados y filantrópicos.

10. Volatilidad en el transporte marítimo
Después de años de ganancias récord, las navieras se enfrentan a un escenario de volatilidad. La disrupción del comercio global por conflictos y el reto de descarbonizar las flotas están redefiniendo el sector. KPMG prevé una reconfiguración de las rutas comerciales, una mayor consolidación entre operadores y la necesidad urgente de invertir en sostenibilidad y digitalización.

El informe de KPMG lanza un mensaje claro: quienes sean capaces de adaptarse a estas tendencias, fortaleciendo su resiliencia, apostando por la innovación y tomando decisiones rápidas y fundamentadas, tendrán más posibilidades de éxito en un entorno global cada vez más turbulento. La combinación de crisis climática, conflictos geopolíticos como el de Oriente Medio y la transformación digital está redefiniendo el futuro de la infraestructura mundial.