El experto de la ONU Albrecht Beck llama a una recuperación de Valencia cooperativa e inclusiva
La experiencia del director general de Prepared International en zonas de catástrofe como Nepal y Hawai o de conflicto como Gaza es que la tecnología es un punto de confluencia entre las partes y es clave tener en cuenta a toda la población, sin que la pregunta sobre "quién paga qué" sea motivo de división
Albrecht Beck interviene en el New In Revive Valencia en presencia de Eugenio Mallol y junto a María Jesús Plasencia, que ejerce de traductora.
Albercht Beck aterriza en el New In_ Revive Valencia, nutrido por sus experiencias en la recuperación de comunidades tras catástrofes climáticas, como la sucedida en Nepal en 2015, y la resolución de conflictos diplomáticos en zonas como Gaza o Cisjordania. Según el experto en evaluación y coordinación de desastres) de la ONU, asesor en migraciones a la OTAN, la respuesta se nuclea en dos ejes: “en el proceso de toma de decisiones, tener en cuenta a toda la población, y eliminar las fronteras entre conciudadanos de una misma nación”.
A esta perspectiva se les suma Adonai Herrera-Martínez, director de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, y Belén Franch, investigadora de la NASA y profesora de física de la Universidad de Valencia y de Maryland, en la segunda parte de la conversación con Eugenio Mallol, director de comunicación de Atlas Tecnológico titulada «Ideas de vanguardia al servicio de la reconstrucción».
Además de su rol en las dos organizaciones internacionales, Beck es el actual director de Prepared International (PPI), empresa que aborda cuestiones tan diversas desde cómo preparar la respuesta a los desastres hasta la reducción de riesgos a largo plazo, sobre todo los consecuentes del cambio climático.
“PPI nace en un camping en el Himalaya, donde nos percatamos de las carencias de la ONU y las instituciones estatales para abordar catástrofes de tal magnitud, incluso pese a ser una zona amenazada por terremotos”, cuenta de su experiencia en Nepal. Por otra parte, añade, “pese a la gran financiación por parte de la ONU, no estaban preparados para gestionar los daños desde el punto de vista técnico”.
En su experiencia en la gestión de catástrofes, ha aprendido que la tecnología puede convertirse en un punto de confluencia entre todas las partes implicadas, aunque en algún caso lleguen a estar enfrentadas en un conflicto. La tecnología es un lenguaje que todo el mundo entiende y que debe aplicarse, asegura, de forma primordial, durante el proceso de preparación de los territorios ante las posibles amenazas, especialmente las que se están abriendo ahora a raíz del cambio climático.
Según recuerda de su reciente presencia en Hawai, tras los terribles incendios, uno de los problemas al dar la alerta es que la población tiene interiorizado que el problema proviene del mar, de modo que si no se hacía adecuadamente podía correr hacia el fuego.
“Desde luego, la situación de Valencia es terrible, pero no es la única, y en ningún lugar es fácil enfrentar el problema”, concreta sobre la situación que atraviesa España. PPI está, además, guiada por la práctica llamada “diplomacia del desastre”, enfocada en la negociación entre las partes durante conflictos, y que parece crucial en la situación actual. “Aunque se emprenda un proceso de recuperación, debe adecuarse a todas las partes de la población y no permitir que nadie se quede al margen”, señala como uno de los matices esenciales que tener en cuenta.
A este planteamiento añade una segunda consideración que insta, no solo a revivir, sino a proyectar la ciudad: “Y durante la reconstrucción, debe integrarse la innovación, y mientras que crece la innovación, que también crezca la nación”.
Para ello, es un requerimiento fundamental que la población se una y coopere. Sin embargo, esta proposición entraña un paradójico problema: “Parece ser más fácil la colaboración transfronteriza que entre las regiones integrantes de un mismo país, lo cual acaba peor”. Por esa razón, en el debate de “quién paga qué”, parece óptimo pedir ayuda al país vecino porque la situación será menos polarizadora. Como resalta Eugenio Mallol, el moderador, este aspecto es esencial en la recuperación.