
Ecodiseño y neutralidad climática, gemelos digitales para acero verde y packaging circular en el ecosistema Atlas

La sostenibilidad se ha convertido en la nueva métrica de referencia para medir el éxito industrial. En el ecosistema Atlas, compañías de ámbitos tan diversos como la moda, la química, la siderurgia o la distribución alimentaria están impulsando proyectos digitales que reducen emisiones, optimizan recursos y mejoran la trazabilidad de extremo a extremo. Mediante la medición rigurosa y al análisis de datos en tiempo real, estas iniciativas recortan hasta un 50 % la huella de carbono de productos de consumo, certifican procesos neutros en carbono, afinan hornos siderúrgicos con inteligencia artificial (IA) y sustituyen el plástico por soluciones circulares de cartón. De este modo, han demostrado cómo la sostenibilidad ya es un KPI tan exigente y rentable como la productividad o el margen operativo.
Lefrik, la marca de mochilas y accesorios urbanos confeccionados con PET reciclado, se enfrenta al doble reto de medir con rigor el impacto de cada colección y comunicarlo con transparencia a un consumidor cada vez más exigente. El equipo de diseño necesitaba saber con exactitud qué materiales y procesos disparaban su huella para poder replantear patrones, forros y acabados. Con la plataforma de inteligencia ambiental de Dcycle, Lefrik automatizó la recogida de datos en toda la cadena, desde la extracción de materia prima hasta el fin de vida del producto, y aplicó análisis de ciclo de vida (LCA) comparativos frente a mochilas convencionales.
Los resultados hablan por sí mismos:una reducción del 50 % de emisiones de CO₂, la disminución del 43 % de consumo de agua y un ahorro del 22 % de combustibles fósiles frente a referencias estándar. La iniciativa incluye el compromiso de aumentar la proporción de poliéster post‑consumo y la emisión de impact sheets accesibles para el cliente final, reforzando la confianza de la comunidad en la marca.
El auge del e‑commerce de frescos obligó a Dia a repensar sus envases para reparto a domicilio. Las bolsas isotérmicas tradicionales requerían plástico y una manipulación compleja que ralentizaba el proceso. Junto a Hinojosa Packaging Group, la cadena desarrolló una caja de cartón ondulado 100 % reciclado y reciclable, impresa con tintas al agua y certificación FSC. El interior alberga un contenedor isotérmico y cuatro placas eutécticas que mantienen la temperatura estable durante todo el ciclo logístico. Ensayos de laboratorio verificaron la integridad del envase incluso tras el deshielo de las placas, y la visibilidad del contenido agiliza la preparación de pedidos. En su primer mes de despliegue se han producido 100.000 unidades, eliminado totalmente las bolsas de plástico y, por consiguiente, mejorado la productividad de los operarios y ofrecido a los clientes la posibilidad de devolver el embalaje para su reciclaje, lo cual cierra así el bucle.
IA y gemelos digitales forjan acero verde
En la siderurgia circular, la calidad del scrap (chatarra) determina la energía que requiere el horno. Hasta ahora, el personal de CELSA inspeccionaba manualmente cada descarga, un proceso lento, subjetivo y con riesgo para la seguridad. Dribia desarrolló Daima, un sistema de visión por computador con redes neuronales profundas que analiza, en tiempo real, imágenes captadas por cámaras fijas sobre los muelles. El modelo clasifica hasta veinte calidades distintas de metal y destaca visualmente las áreas que justifican la predicción para facilitar la trazabilidad y la auditoría.
La solución automatiza el 70 % de las inspecciones, alcanza un 98 % de precisión en preclasificación y eleva al 84 % la calidad de compra, lo que se traduce en menos sobrefusión, ahorro eléctrico y menor CO₂ por tonelada de acero. Además, elimina la exposición directa de los operarios a entornos de riesgo y acelera la negociación con proveedores gracias a datos objetivos y auditable.
Por otra parte, CARTIF, centro tecnológico de investigación aplicada con sede en Valladolid, impulsa PROCTWIN, un proyecto financiado por Horizonte Europa (4,8 M €; 2025‑2028) cuyo objetivo es crear una plataforma de gemelo digital capaz de predecir y optimizar las distintas etapas del proceso siderúrgico. El consorcio integrará simulación numérica, sensores avanzados y machine learning distribuido para modelizar en tiempo real hornos, laminadores y líneas de acabado.
Los casos de uso se validarán en CELSA (España) y SSAB (Suecia) y se centrarán en reducir consumo energético, optimizar el mix de chatarra, minimizar desviaciones de calidad y, en última instancia, recortar la huella de carbono del acero europeo. Entre los entregables figuran algoritmos de optimización energética, dashboards operativos y un marco de ciberseguridad para el intercambio seguro de datos OT. Con ello se espera lograr reducciones de dos dígitos en intensidad energética y emisiones de CO₂, lo cual demostraría el potencial de los gemelos digitales en la industria pesada.