Doctor Jekyll y Mr. Hyde en el CDTI
Mientras algunas grandes corporaciones cambian su cultura para aprender a medirse con los líderes en cada una de sus ramas de actividad, el Plan Estratégico 2024-2027 del CDTI se mueve entre las grandes aportaciones del área técnica y las propuestas con más carga ideológica del área política
Quiso la casualidad que me topara en marzo con una entrevista al CEO de Bayer, Bill Anderson, en la CNBC, justo cuando acababa de presentar a los inversores su plan de reestructuración para aplanar radicalmente a la compañía. Y quiso que le preguntara por ello en noviembre pasado al CEO mundial de Thyssenkrupp, Miguel Ángel López, en el hall del Four Seasons de Madrid, sin saber que, un mes antes, el propio López había invitado a Anderson a exponer sus ideas ante los 100 principales ejecutivos de la compañía metalúrgica. A veces, das con la pregunta adecudada sin pretenderlo.
Lo interesante es que López quiso dejar bien claro a sus ejecutivos que no era el plan de Bayer el que debía aplicarse en Thyssenkrupp, sino uno más contundente. Lo llaman el Programa Apex y “de lo que se trata es de identificar dónde estamos nosotros, dónde está la competencia y definir lo que necesitamos para llegar al nivel de los dos mejores”, me explicó.
La teoría de McMinsey es que el número uno y el número dos de cada industria “son los únicos que ganan bien dinero y, por eso, pueden permitirse una innovación en condiciones. Con esto se aseguran, además, acceso al mercado laboral porque la gente le va a gustar siempre trabajar en las mejores empresas”. “¿Qué plazo te has dado para conseguirlo?”, le pregunté, “apúntalo en un papel”. Y respondió: “lo tengo bien apuntado, pero no se lo he comunicado a ellos”.
Es fácil separar la parte del Plan Estratégico 2024-2027 escrita por el excelente equipo técnico del CDTI de la parte que llega con pátina política, lo cual genera desazón. Obviamente, en esta última, nada de nada de filosofía Apex ni de credo Anderson, ni de lejos. En caso de conflicto de intereses, qué parte del CDTI prevalecerá, ¿doctor Jekyll o Mr. Hyde?
Entre los “vectores de actuación focalizada”, el Plan Estratégico del CDTI incluye “el impulso de la transición energética, la digitalización y la descarbonización de la economía española”, obvio, pero también “un eje transversal basado en la inclusión, la perspectiva de género y la tecnología socialmente responsable”. O sea.
Por ejemplo, se habla de “excluir iniciativas con efectos negativos en aspectos como la igualdad entre hombres y mujeres y la perspectiva de género, la accesibilidad, la privacidad de la información o determinados aspectos éticos (como puede ser la discriminación de minorías o el maltrato animal, entre otros)”. Con términos así de difusos la discrecionalidad corre el riesgo de adueñarse del proceso.
Como no hay forma de incrementar sustancialmente el peso de la inversión en I+D sobre el PIB, el CDTI considera que ha llegado la hora de aumentar el número de empresas innovadoras, porque resulta que las hay «durmientes». Si se llegara a 15.707 en 2027 (32,1 más%) y su gasto medio anual se elevara de los 0,92 millones de euros de 2020 hasta 1,48 millones en 2027 (61%), tema resuelto. La inclusión y la perspectiva de género pueden echar una mano.
El dato clave es que el déficit del saldo comercial de productos de alta tecnología se ha más que duplicado en los últimos ocho años. Ha pasado de -9.152 millones de euros en 2014 a -18.741 millones en 2022. Las exportaciones se han incrementado un 62,8%, pero las importaciones lo han hecho un 80,5%, casi 20 puntos más. Ese es el cuerpo del delito.
Si no quieres sufrir pesadillas, pasa directamente a la parte del Plan Estratégico en la que se nota la mano de los técnicos. En 2025, se iniciará el proceso de análisis sobre el impacto de los centros tecnológicos en la promoción de la I+D, sus efectos en el ecosistema de innovación y la propuesta de mecanismos de financiación a medio y largo plazo. ¡Ya era hora!
Durante 2025 (qué maravilla leer documentos públicos con fechas definidas), se presentará el nuevo marco de Compra Pública Precomercial; fortalecerá su presencia en Bruselas; se desarrollará y completará el servicio de inteligencia y prospectiva tecnológica; se trabajará para profundizar en la usabilidad de las certificaciones de I+D; se lanzará un programa de información y formación sobre un mejor uso de la propiedad industrial; y se iniciarán las actuaciones de cooperación territorial. Y más.
¿Cómo llegar al nivel de los mejores si vence la ideología? Ese es el tema. «No basta con situarse en la media, se lo digo a mis directivos», apunta López. ¿Con quién piensan que nos medimos nuestras políticas públicas?