Davos coloca en el centro el elemento clave: la confianza

La Reunión Anual 2024 del Foro Económico Mundial (WEF) en Davos (Suiza) lleva el lema “Reconstruir la confianza”. Persiste el concepto de «policrisis», de crisis en cascada y conectadas del momento, pero la sensación actual es que “incluso cuando dirigimos nuestra atención a las nuevas crisis, las antiguas persisten”, según reconoce la propia organización.

La descripción que hace del panorama global alcanza cotas de neurastenia: fracturas geopolíticas, crisis generalizada del coste de vida, frágil seguridad energética y alimentaria y emergencia climática, se unen a conflictos devastadores, que permanecían relativamente aislados, pero continúan haciendo estragos, y a las turbulencias financieras que no se ven aminoradas por el hecho de que las economías occidentales están evitando la recesión.

Como tarea preparatoria del Foro de Davos, el WEF ha encargado a los líderes mundiales que reflexionen acerca de la siguiente cuestión: “¿Será el próximo año un período de «permacrisis»? ¿O será 2024 un momento de resolución y recuperación?” La apuesta de la organización que preside Klaus Schwab es restaurar la agenda colectiva con un espíritu de “regreso a lo básico” de diálogo abierto y constructivo entre los líderes de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil.

“Conectar los puntos”, dice el WEF, apropiándose del lema del Collaborate que ha programado Atlas Tecnológico en septiembre en Santander (es broma). Y reivindica la introducción de los últimos avances en la ciencia, la industria y la sociedad.

El encuentro se organiza, en fin, en torno a cuatro áreas: lograr seguridad y cooperación en un mundo fracturado; creando crecimiento y empleos para una nueva era; la inteligencia artificial como motor de la economía y la sociedad (y en este apartado plantea un asunto fundamental: ¿Cómo interactuará la IA con otras tecnologías transformadoras, incluidas 5/6 G, la computación cuántica y la biotecnología?); y una estrategia a largo plazo para el clima, la naturaleza y la energía.

Los que conocéis bien el mundo de la tecnología sabéis hasta qué punto es fundamental la confianza. En mi conversación con Jennifer Schooling, directora del Cambridge Centre for Smart Infrastructure and Construction, para el ATLASTECH REVIEW, aparece la cuestión con claridad: los distintos niveles de la cadena de valor en el ámbito de la construcción civil no se fían del resto y esto provoca un despilfarro de recursos. La confianza es la esencia de la economía, construirla cuesta muchos años de esfuerzo, pero se destruye en un instante.

A veces da la sensación de que estamos buscando bálsamos y calderilla de terceros para resolver nuestros problemas, pero en realidad existen porque no queremos afrontar la razón fundamental de su emergencia: nuestra incapacidad para construir confianza.