
CAF: más de un siglo transformando la movilidad hacia un futuro sostenible

Hablar de CAF es hablar de un viaje que arranca en 1861 en un pequeño taller de Beasain (Guipúzcoa) y desemboca en un grupo global con presencia en los cinco continentes. Más de 160 años de historia en los que la compañía ha pasado de reparar vagones a liderar proyectos de alta velocidad, tranvías urbanos sin catenaria o autobuses de hidrógeno. Su evolución resume la transformación del ferrocarril en Europa y el papel de la innovación como motor de una nueva movilidad.
La fundación oficial de CAF en 1917 como Compañía Auxiliar de Ferrocarriles, S.A. marcó el inicio de una etapa industrial ambiciosa. Durante décadas se dedicó a suministrar vagones y material rodante para compañías españolas. Pero pronto entendió que no bastaba con fabricar: había que hacerlo con tecnología propia y visión de largo plazo. Esa cultura de mejora continua permitió a la empresa convertirse en un referente en España y sentar las bases de su expansión posterior.
El gran salto llegó en los años noventa, cuando emprendió un proceso decidido de internacionalización. Con nuevas plantas, filiales y contratos en Reino Unido, México o Estados Unidos, CAF empezó a competir en los mercados ferroviarios más exigentes del mundo. La innovación fue clave: en 2002 inauguró el Centro Tecnológico Integral de Material Ferroviario, que situó la I+D+i en el centro del negocio. Desde allí se han impulsado proyectos pioneros como tranvías sin catenaria, trenes híbridos, unidades de baterías y, más recientemente, trenes de hidrógeno.
La diversificación marcó un nuevo ciclo. A partir de 2010, CAF pasó de ser un fabricante ferroviario a un proveedor integral de soluciones de movilidad. Amplió su actividad a señalización, componentes tecnológicos y, de forma destacada, al segmento de autobuses urbanos cero emisiones con la incorporación de Solaris, líder europeo en electromovilidad.
Hoy, el Grupo CAF emplea a más de 16.000 personas, opera en 60 países y dispone de plantas productivas en España, Francia, Reino Unido, Polonia, Estados Unidos, México y Brasil. Su catálogo abarca desde trenes de alta velocidad, regionales e intercity hasta metros, tranvías y autobuses eléctricos o de hidrógeno. Además, desarrolla sistemas de señalización, equipos de tracción y control, así como proyectos llave en mano que incluyen ingeniería, financiación, operación y mantenimiento.

Innovación, sostenibilidad y flexibilidad
En un sector tan competitivo como el transporte, la diferencia está en la capacidad de innovar y adaptarse. CAF ha hecho de la innovación un rasgo cultural. De su apuesta han surgido soluciones pioneras como los tranvías sin catenaria, capaces de operar en tramos no electrificados y favorecer así una mayor integración en el paisaje urbano. Otro ejemplo son los trenes de baterías y soluciones de hidrógeno, que permitirán eliminar emisiones en líneas donde no existe electrificación.
A esto se suman las herramientas digitales de última generación: gemelos digitales, simulación avanzada en aerodinámica, acústica o vibraciones, y validación virtual de proyectos que reducen costes y plazos de desarrollo.
El compromiso con la sostenibilidad es otro pilar. Con el Plan Estratégico 2026 y el Plan Director de Sostenibilidad 2024, CAF se ha fijado metas ambiciosas: reducir un 55% las emisiones de alcance 1 y 2 en 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2045. Reconocimientos como la medalla Platino de Ecovadis o la calificación de “riesgo bajo” de Sustainalytics avalan este esfuerzo.
La flexibilidad completa el triángulo diferencial. CAF no se limita a ofrecer productos estandarizados, sino que cada tren, metro o tranvía se ajusta a las necesidades del cliente. Esta capacidad ha permitido ganar contratos en mercados tan exigentes como Alemania, Francia, Reino Unido, Australia o Estados Unidos, donde la cercanía al operador y la adaptación local son determinantes.

Transformando ciudades y países
Los proyectos de CAF son también transformaciones urbanas y sociales que mejoran la vida de millones de personas. En Zaragoza, la compañía desplegó un tranvía capaz de circular sin catenaria en el centro histórico, preservando la estética urbana. Esa solución se ha replicado en ciudades como Birmingham, demostrando cómo la tecnología puede integrarse en el entorno sin comprometer funcionalidad ni patrimonio.
En el Reino Unido, uno de los mercados más exigentes del mundo, CAF fabrica trenes intercity y urbanos que circulan en líneas clave, incluido el metro de Londres. Una planta propia en el país garantiza cercanía.
En Alemania y los países nórdicos, CAF se ha consolidado como proveedor de trenes regionales, trenes de baterías y servicios de mantenimiento, situándose en el corazón del mayor mercado ferroviario de Europa. Y en Estados Unidos, ha suministrado tranvías a ciudades como Washington y reforzado su presencia con centros industriales, mientras que en América Latina ha impulsado proyectos clave en México y Brasil.
El éxito más visible en el ámbito urbano es Solaris, cuya flota de autobuses eléctricos y de hidrógeno circula ya en centenares de ciudades europeas. Con la gama más completa del mercado y un liderazgo en cuota, Solaris representa el mejor ejemplo de cómo CAF ha diversificado su negocio más allá del ferrocarril.
Protagonista de la revolución
El transporte está en plena revolución, y CAF quiere ser protagonista. Su plan estratégico apunta a cuatro ejes claros: foco comercial (especialmente en Europa, Norteamérica y Asia-Pacífico), eficiencia operacional (reforzando aún más la competitividad), innovación (robusteciendo los negocios principales e incorporando soluciones de movilidad inteligente) y sostenibilidad (liderando la transición hacia la movilidad cero de emisiones netas).
Más de un siglo después de su fundación, CAF es un referente global en movilidad sostenible, un socio de confianza en los cinco continentes. Su historia demuestra que la capacidad de adaptarse, innovar y diversificarse es esencial para sobrevivir en un sector tan exigente. Y su futuro apunta a un papel central en la descarbonización y digitalización del transporte mundial, que contribuirá a una movilidad más limpia, eficiente y cercana a las personas.





