Bienvenido ‘señor Finanzas’ a la reunión sobre internet de las cosas
El problema de la financiación de los proyectos de transformación digital ha pasado al primer plano en el análisis de los responsables de empresas y proveedores tecnológicos, según el autor, debido a las urgencias que ha desencadenado la pandemia y la crisis de la cadena de suministro, el IOT está evolucionando del capex al opex
En los pasillos de la reciente edición del IoT Solutions World Congress en la Fira de Barcelona se habló mucho de conectividad, como es obvio, pero también de financiación, y eso ya no era tan previsible. Pero ya toca. Hemos entrado en una fase del proceso de asimilación de la revolución digital en las empresas que debía ponerse en el centro antes o después y que, consiste en última instancia, en interiorizar a la tecnología como una parte más del business as usual, ya de verdad. Las herramientas y habilitadores de la industria 4.0 deberán acostumbrarse a pasar los mismos filtros de justificación financiera que el resto de componentes de las áreas de IT y OT, a coger el ritmo del día a día, y el internet de las cosas no es una excepción.
Pero conforme los responsables del departamento financiero de las empresas y los profesionales de las entidades que deben sufragar la inversión, en caso de que esta sea apalancada, empiezan a analizar proyectos de transformación digital aparece la gran cuestión del riesgo de fracaso.
En el inconsciente de los responsables del dinero sigue presente ese temor al que un conocido informe de Cisco puso cifras: un 74% de empresas no tienen éxito en la implantación de soluciones de IoT y, de hecho, el 60% de las iniciativas se estancan en la prueba de concepto. El sondeo se llevó a cabo en 2017, pero continúa siendo una espada de Damocles para el sector, una historia de miedo que no deja dormir los directores financieros cuando por fin los de IT y OT consiguen ponerse de acuerdo.
Y ese es el gran asunto del momento. A la banca le cuesta entender (no ahora, siempre ha sido así) por qué debe financiar proyectos de IoT o de automatización inteligente y los integradores de tecnología están teniendo que incorporar a sus propuestas vías para hacer viable la inversión desde el punto de vista económico si quieren vender a muchos clientes.
Rebecca Crowe, directora general de Sigfox España y directiva colaboradora de Atlas Tecnológico, me explica que crece el interés en soluciones para garantizar la viabilidad económica en la instalación de dispositivos de IoT, como el leasing. En su caso, trabajan con el integrador tecnológico francés Econocom que incluye un servicio de financiación de proyectos en su oferta. En el primer trimestre de este año sus ingresos han alcanzado los 543,9 millones de euros. Crowe describe la situación con una frase breve llena de significado: “el IoT cada vez es más opex y menos capex”. Lo que decía, entramos en una fase de normalización con todo lo que ello implica. Abróchense los cinturones, esto va en serio. Qué vértigo.
En el tiempo transcurrido desde la presentación del informe de Cisco, ha aumentado la eficiencia y el conocimiento de negocio de los proveedores tecnológicos, de modo que cada vez sabemos con más precisión qué es lo que va a funcionar. Pero también se ha disparado la urgencia de las empresas a raíz de la pandemia y, sobre todo, de la reconfiguración de las cadenas de suministro. Probablemente una cosa compensa a la otra en la mente de quienes tienen que vigilar el dinero.
El informe de Cisco dice otras cosas que pueden ayudar a la evangelización. A nivel mundial, según los encuestados, las tres principales aportaciones del IoT incluyen una mayor satisfacción del cliente (70%), eficiencias operativas (67%) y una mejor calidad del producto/servicio (66%). Además, suelen aparecer beneficios inesperados, el principal de ellos es la mejora de la rentabilidad (39%).
El éxito del proyecto depende de la colaboración entre el área TI y la comercial, citada como el factor número 1 por el 54% de los participantes, y también de una cultura centrada en la tecnología, vinculada al liderazgo top-down y al impulso del equipo directivo (49%), así como a la experiencia en IoT, ya sea interna o a través de una asociación externa (48%).
Las grandes corporaciones tecnológicas jugarán sus cartas en esta nueva etapa marcada por el diálogo a múltiples bandas, incluidos directivos IT, OT, financiero, comercial, dirección general… obviamente un apellido fuerte ayuda a clarificar las ideas al responsable de la banca. Ir de la mano de Siemens, General Electric, Microsoft, SAP, Accenture, puede dar seguridad al responsable financiero, de la misma forma que reduce la percepción de riesgo de los responsables de cualquier área de negocio de base tecnológica.
Lo que el software propietario te quita, el músculo financiero te lo puede dar. Basta con reconvertir la relación en un as a service. El signo de los tiempos es, en cualquier caso, el forzoso entendimiento de todos los componentes del negocio, con la tecnología como lengua franca como brillantemente expuso Ezequiel Navarro en un Diálogos 4.0. Bienvenido señor finanzas a la reunión.