Bienvenido el PERTE, pero el ecosistema agro de Atlas advierte: sin conectividad y formación no se digitalizará el campo
Lanzamos a consulta la cuestión "Prioridades para la transformación digital del campo" y esto es lo que opinan los CEO de SmartRural y Campelo Exportación, Sergio Rodríguez y Miguel Ángel Campelo, y el director de tecnología de Grupo Matarromera, Rubén Arce
James Baltz / Unsplash
–Sergio Rodríguez, CEO de SmartRural: “En mi opinión el campo tiene a día de hoy al alcance de su mano las nuevas tecnologías y herramientas digitales, pero existe un gran problema en lo que se refiere a la conectividad de muchos de estos servicios con una calidad mínima que permita poder usar todos estos servicios de manera correcta. En las ciudades o áreas conectadas a redes de alta capacidad, las empresas pueden utilizar todas las tecnologías 4.0, mientras que una empresa ubicada en áreas, ya no solo rurales, sino en el medio del campo, tienen que usar servicios tecnológicos conectados a redes de banda ancha de más latencia y sin servicio de FO (fibra óptica).
Otra de las prioridades que he detectado es la nula formación que a día de hoy tenemos en las herramientas digitales agro que se están ofertando en el sector. Se debe priorizar la formación a todos los niveles de la organización para entender cómo usar las nuevas tecnologías que se ofertan. Son servicios que deben explicarse al usuario dado el alto nivel tecnológico que se oferta por las empresas de servicios. Como ejemplo de este cambio que se está produciendo en el sector podemos ver cómo se ofertan mapas de vigor desde los satélites o drones, pero no damos las claves de cómo aplicar ese conocimiento a la empresa agrícola o cómo debe proceder el personal para una mejora de las soluciones ofertadas.
En definitiva, se debe formar en las nuevas tecnologías y acercar la conectividad de banda ancha FO a los centros de trabajo”.
–Rubén Arce, director de tecnología de Grupo Matarromera: “La transformación digital en España se ha convertido en un objetivo prioritario con fecha de caducidad en 2025, fecha clave para conocer dónde estamos, de qué somos capaces y hacia dónde vamos en un nuevo ecosistema social.
Un elemento de impulso que ha de abordar nuestra sociedad: la transición hacia un nuevo modelo económico, social, de talento, personas y medioambiental basado en la sostenibilidad.
Nuestro país en esta transformación debe distinguir dos ecosistemas poblacionales, igual de importantes y de necesario asentamiento en esta nueva sociedad sostenible, pero que, aunque avanzando al mismo ritmo, deben centrarse en objetivos diferentes: la España centrada en grandes núcleos poblacionales y la España rural vaciada centrada en el territorio.
El PERTE Agroalimentario ha venido para dar un empujón hacia el 2023 de la tan ansiada transformación digital del sector agro de nuestro país.
Debe constituir un avance de la España rural vaciada, pero sin olvidar que la cadena de valor cubre desde la zona de campo, hasta la llegada a los clientes y consumidores localizados en cualquier núcleo poblacional.
Algunos de los puntos claves sobre los que sostener esta transformación son:
-La dotación de infraestructuras de conectividad más allá de las concentraciones urbanas, sino a través del territorio.
-Favorecer la desconcentración de población y actividades, promover la igualdad de derechos y oportunidades en el territorio, y por lo tanto contribuir a su vez a resolver los desafíos planteados por el reto demográfico y ecológico.
-Competencias digitales, la brecha actual de competencias digitales para ciudadanía, población activa, y especialistas es notable. Requiere de actuaciones conjuntas entre el sector público y el privado para cerrarla. Para conseguirlo, el sistema educativo y la formación a lo largo de toda la vida juegan un papel clave. Incrementar sustancialmente el nivel de competencias digitales entre los diferentes colectivos: mayores, personas bajos ingresos y estudios, áreas no urbanas, fuerza laboral con conocimientos digitales …
-Transformación digital del sector primario y la industria agroalimentaria española apostando la innovación, competitividad, sostenibilidad, trazabilidad y seguridad alimentaria y reto demográfico.
-Investigación mediante planes y proyectos con fines agroalimentarios realizados por agrupaciones de empresas, con participación relevante de organismos de investigación, centros tecnológicos y universidades.
-Refuerzo de la seguridad y trazabilidad alimentaria, la información al consumidor, y la adopción de modelos más productivos y sostenibles.
-Digitalización integral mejorando el vínculo entre el consumidor y el productor a través de la innovación y la tecnología.
-Actuaciones poniendo foco en la eficiencia productiva y logística de toda la cadena de valor, la mejora de la relación con el cliente y el impulso de una Industria Conectada 4.0.
-Apostar por mejorar la trazabilidad como medio vertebrador de la producción, calidad y mantenimiento, la seguridad alimentaria y la calidad e información al consumidor.
-Medición y control de impactos ambientales mediante el uso de la tecnología y la interoperabilidad de los datos.
-Miguel Ángel Campelo, CEO en Campelo Exportación: “La digitalización del campo se tiene que basar en los principios básicos de la industria 4.0: solucionar problemas, para las personas y por las personas.
Somos deficitarios de formación específica. Necesitamos que generalistas de la i4.0 conozcan el funcionamiento de las empresas agroalimentarias en el día a día de la empresa. Solo de esta manera identificaremos los procesos digitalizables, la facilidad de su aplicación, la urgencia y el retorno de la misma. Consultoría de verdad, no el famoso test que haces en una hora, un generalista en i4.0, con experiencia en el sector que esté 15 días en la empresa, si es posible en los momentos críticos de la misma (campañas).
Formación a los trabajadores de la empresa sobre las tecnologías habilitadoras y sus beneficios. Sólo formando al personal de la pyme, evitaremos el rechazo interno a la implantación.
Que, por una vez en las subvenciones públicas, el error no esté penalizado y nos permita proyectos que se puedan modificar a lo largo del período de implantación. La escalabilidad de la i4.0, debería ser una puerta abierta a la modificación de proyectos antes del escalado final.
Que los plazos sean digitales (6 meses de estudio antes de comunicar la aceptación del proyecto como subvencionable, más el tiempo de preparación del proyecto, etc), y que no pase un año desde que preparamos el proyecto hasta que nos dan el ok.
Si encontramos problemas a solucionar, con un retorno claro y de aplicación sencilla, no necesitaremos que nos paguen el aparatejo (ya que tiene retorno claro y es viable). Las ayudas deberían ir dirigidas a la consultoría y formación real (paginas webs, tienda online, facturación electrónica, etc, es pan para hoy y hambre para mañana)”.
-Miquel Villanueva, director de marketing de Hispatec: «Desde mi punto de vista, las prioridades para la transformación digital del campo están relacionadas con la participación de las empresas y organizaciones que agrupan a los productores, con herramientas que proporcionen una conexión integral desde la semilla hasta el mercado, con la conciencia de la propiedad de los datos, con la existencia de plataformas integradoras que den valor a esos datos y, principalmente, con las personas que vayan a hacer uso de los nuevos sistemas.
Si estamos hablando de llegar a segmentos sustanciales de producción agrícola, el papel de las empresas y cooperativas es clave, puesto que son las catalizadoras de la modernización y la optimización de la gestión agraria. Pero estas organizaciones de mayor entidad requieren de herramientas específicas para su realidad, que cubran el mayor porcentaje posible de sus procesos y, especialmente, que no estén aisladas o sean difícilmente integrables entre ellas. Si la implantación de un sistema de gestión es complicada, hacerlo con múltiples sistemas lo hace casi inviable.
Por otro lado, una vez iniciados los procesos de transformación digital, es muy relevante dejar clara la propiedad de esos datos, especialmente en casos de integración de diferentes sistemas. Para ello, la existencia de plataformas que permitan integrar diferentes fuentes de datos, tanto internos como externos, facilita mucho la generación de valor específico para las tomas de decisiones operativas y financieras.
Los procesos de digitalización, para ser exitosos, deben siempre comenzar por las decisiones clave en la rentabilidad de cada organización. Cada empresa o cooperativa debe analizar qué decisiones impactan más en su sostenibilidad y competitividad y comenzar por ellas. Para mejorar es necesario medir, y ese es el primer resultado de la digitalización de los procesos.
Y finalmente, el factor clave de éxito de cualquier proceso de digitalización en la agricultura es que las personas que lo vayan a llevar a cabo perciban los beneficios personales y organizacionales de esa transformación. Tanto los directores de los departamentos clave (producción, financiero, comercial) como el personal de la explotación, el almacén o la comercializadora deben percibir desde el primer momento el nuevo nivel al que llega una organización digitalizada».