Áureo Díaz-Carrasco (FEDIT): «Hay mucha opacidad sobre el destino de los fondos europeos de los Pertes»
El director general de la Federación Española de Centros Tecnológicos (FEDIT) conversa con el experto en innovación Eugenio Mallol a propósito de la celebración los días 13 y 14 de junio en Madrid del evento meeTech, con el que el sector quiere dar visibilidad a su propuesta de colaboración con las empresas más cohesionado que nunca, pero preocupado todavía por el problema del talento y el acceso a fondos públicos
Eugenio Mallol.-La puesta en marcha del Programa Cervera y especialmente de los Pertes en España ha sacado a la luz las lagunas en nuestro ecosistema de innovación. Recursos duplicados, centros de distintas regiones que no colaboraban entre sí, falta de diálogo con la universidad. Los fondos europeos deberían servir para racionalizar esto.
Áureo Díaz-Carrasco.-Deberían servir para ello, porque al final los recursos son finitos y tenemos que aprovechar el papel fundamental, el core de actividad, de cada agente dentro del ecosistema de I+D. Cuando se habla de que hay que incorporar investigación e innovación en los proyectos que financian los Pertes, se usan términos ambiguos, como el de entidad generadora de conocimiento, que puede ser casi cualquier cosa. Hay que mejorar la visibilidad de todos los agentes, las políticas públicas están para incentivarlo y ahí hay trabajo que hacer todavía en cuanto a las contrataciones obligatorias de determinados instrumentos, si lo que se pretende es fomentar la transferencia. Podemos hablar de los Pertes o del programa organizado conjuntamente por el CDTI y la Agencia Estatal de Investigación, en el que no hay una componente obligatoria de transferencia. Lamentablemente, uno de los principales problemas en España es que no hay suficientes empresas innovadoras e implicadas en temas de I+D+I, y eso solo se puede conseguir dando confianza a los actores que van a trabajar con ellas, dando un impulso desde las Administraciones Públicas a esta relación. Si se dan unos fondos públicos, al menos que se utilice al entramado de agentes que tenemos en este país.
Eugenio Mallol.-En eventos como meeTechSpain, que celebráis el 13 y 14 de junio en Madrid, reivindicáis el papel de la demanda como tractor de la innovación. Desde la perspectiva de los centros, ¿qué hace falta para que sea más potente y organizada?
Áureo Díaz-Carrasco.-No toda la I+D+I que se produzca en este país debe ser dirigida por la demanda. También hay una parte de movimiento hacia donde los investigadores ven que hay que ir, pero eso al final tiene una capacidad de transferencia mucho menor que los proyectos que vienen solicitados por el mercado, por la sociedad, por los actores que los van a utilizar. La capacidad de reacción a esa demanda, de adaptación a las necesidades de una empresa que tiene tres años, y no cinco, para resolver un problema tecnológico, es uno de los factores diferenciales de los centros tecnológicos. Si queremos ser mejores transfiriendo tecnología y conocimiento al mercado, tenemos que escuchar mucho más a las empresas y a quienes nos están pidiendo soluciones. Es uno de los temas que se tienen que aprovechar mucho más en las políticas públicas en este país. El año pasado centramos el meeTechSpain en retos de energía, este año lo haremos en movilidad sostenible. Marcar un reto tecnológico, promover una demostración de cómo se puede adaptar en cuatro horas un equipo de gente que ni siquiera se conoce y preparar una solución, es clave.
Eugenio Mallol.-¿Tenéis ya las primeras sensaciones de cómo está yendo el Horizonte Europa? En el Horizonte 2020, el comportamiento de los centros tecnológicos fue espectacular a nivel de captación de fondos. No sé si está siendo equiparable en la asignación de fondos de los Pertes.
Áureo Díaz-Carrasco.-El Horizonte Europa está yendo razonablemente bien. No tenemos todavía datos consolidados como los del Horizonte 2020, pero la participación en el programa es una carrera de fondo y hay muchos centros tecnológicos con un prestigio muy consolidado. Cuanto mejor participas, más te llaman para unirte a nuevas redes, a proyectos de más calidad. Los fondos para financiar líneas de investigación de I+D+I propias que vienen del área internacional siguen creciendo porcentualmente, se está trabajando mucho y bien. Es verdad que eso debería tener un reflejo también en las políticas nacionales de financiación de la I+D+I, pero ahí nos está costando más. Primero, por la tipología de los instrumentos; y segundo, porque seguimos teniendo un escenario muy compartimentado acerca de quién financia, qué y a quién.
Si convoca la Agencia Estatal de Investigación parece que se orienta a centros públicos. En el programa de doctorados industriales no pueden participar los centros tecnológicos, sólo se puede financiar a las empresas. Hay mucha opacidad en cuanto a cómo se están distribuyendo los fondos de los Pertes más allá de los grandes números. Sabemos a quién se financia, pero eso no cala aguas abajo: a quién se subcontrata y en qué condiciones. No tenemos números de financiación, de la distribución de los fondos. Hay una serie de Pertes en los que casi todos los centros están participando, pero sinceramente dudo de que lleguen al 12% de retorno del Programa Marco. Es hacer un poco trampa el comparar lo que se capta en un programa y otro, pero esa trampa deberían ir a favor de los Pertes, porque tienen un componente de desarrollo tecnológico, de llegar mucho más al mercado, de que lo tiene el Programa Marco. Y no está siendo así.
Eugenio Mallol.-Háblame un poco del planteamiento de meeTech. Todo lo que sea encuentros para poner en común al ecosistema, para dar visibilidad a los grandes mensajes es fundamental para este país.
Áureo Díaz-Carrasco.-Además de explicar lo que hacen los centros individualmente, queremos incidir mucho en la capacidad de colaboración que tienen no solo entre ellos, sino también con empresas y con otro tipo de entidades. Hemos añadido una zona de demostradores en cooperación, para reforzar ese claim de que somos los mejores socios para llevar la tecnología al mercado. Ese es el factor aglutinante que queremos resaltar este este año. El año pasado el contenido de las mesas de debate fue más institucional, en esta edición hemos incluido también dos mesas sobre mejores prácticas en temas de movilidad sostenible y una sobre las infraestructuras tecnológicas, que es algo que nos preocupa mucho en la Federación.
Eugenio Mallol.-En los últimos años, FEDIT ha conseguido cohesionar al sector en España. Quedaba pendiente la integración de centros tecnológicos de algunas comunidades autónomas, y se está logrando.
Áureo Díaz-Carrasco.-Llegamos en un momento bastante bueno, bastante cohesionados. Desde el año pasado, hemos incorporado centros que no teníamos en Madrid y la red de Castilla y León. Ahora mismo tenemos estamos en 15 de las 17 comunidades autónomas. Nuestra representatividad es muy potente no solamente en términos de números, sino también de importancia de los centros adheridos. Hemos sido parte interesada en la génesis del Programa Cervera y, en las tres convocatorias, el 87% de los de los fondos han ido a centros de la Federación. El tema de la representatividad es un check resuelto, tenemos que pasar a la siguiente pantalla y ésta tiene que ver con el impacto que tienen los centros en las empresas, hay que marcar otro tipo de objetivos en el corto y medio plazo.
Eugenio Mallol.-Eurecat acaba de abrir una delegación en Málaga. ¿Esperáis más casos similares, es una dinámica o un caso puntual?
Áureo Díaz-Carrasco.-No es un caso puntual. Los centros tecnológicos tienen una orientación al mercado, una vertiente comercial importante. La decisión de Eurecat no es algo nuevo, ni inédito, hay muchos ejemplos de centros que en función de dónde ven que hay más posibilidad de llegar al mercado se están posicionando. Tekniker tiene una delegación en Madrid porque tiene mucho negocio con Airbus en Getafe. Convendría quizás reflexionar con calma acerca del impacto que las políticas de innovación de la Comunidad de Madrid pueden estar teniendo en ese fenómeno. Málaga se está posicionado muy bien, como un sitio donde la innovación tecnológica importa. Evidentemente, por ahora son los centros más grandes los que se expanden geográficamente: Tecnalia está presente en muchos sitios y Leitat abrió en Chile y en otras regiones. Hay una vertiente de resultados comerciales que no solamente están circunscritos al contexto regional donde empezaron a crecer, pero no solamente hablamos de delegaciones comerciales, sino también de apertura de sedes con investigadores, con dotaciones. El mercado no es infinito y esos nichos de posicionamiento ocurren donde las políticas de innovación de las regiones no están tan orientadas a centros tecnológicos propios como puede pasar en Andalucía o en Madrid. Pero eso es también un poco la ley del mercado, si no lo generas tú, va a venir alguien, porque la demanda de las empresas sigue siendo la misma.
Eugenio Mallol.-¿Hay indicadores que no le dan la razón a Madrid con su estrategia?
Áureo Díaz-Carrasco.-Madrid tiene una estrategia muy clara de financiar la I+D a través de grandes empresas y de las universidades. En cuanto al perfil de centro intermedio, han apostado por los IMDEA, pero no transmite quizás una orientación a transferencia tan fuerte como la de otras regiones. Si revisamos el programa Cervera, el peso de Madrid en innovación no justificaría que sólo haya recibido el 0,5% de los fondos. La cuestión no es si debería llegar al 27% que ha conseguido País Vasco, pero sí podría aspirar al 8% de Asturias, Galicia o la Comunidad Valenciana.
Eugenio Mallol.-Alguna universidad lanzaba recientemente una de las mayores convocatorias de empleo público de su historia. Para retener talento tenéis que competir con universidades, empresas y centros públicos de investigación. ¿Cómo lo vais a hacer?
Áureo Díaz-Carrasco.-El tema de la atracción y retención del talento es probablemente el problema número uno de los centros tecnológicos, da igual la comunidad a la que pertenezcan. Falta gente y deben ser capaces de retener personal. Las universidades disponen de la primera opción para quedarse con los investigadores y tenemos que competir con la empresa privada por el resto. Conforme crecemos en calidad y en visibilidad, las empresas se fijan en la gente que está trabajando en los centros tecnológicos y les hacen ofertas muy importantes. Tenemos factores muy tensionados, como todo lo que tiene que ver con las con las TIC, la inteligencia artificial, el dato o la computación. De hecho, estamos planteando incluso establecer algún tipo de ventanilla para captar gente de fuera de España que quiera venir a vivir. La Ley de la Ciencia financia determinadas incorporaciones si los profesionales van a un centro público, pero no si van a uno privado. Entiendo que se deben aplicar cautelas para que no se convierta en un coladero de empresas utilizando fondos públicos para captar personal, pero sería muy útil actuar con sensibilidad y reconocer que los centros son entidades sin ánimo de lucro. Hubiera sido muy fácil ampliar el paraguas para darnos cobijo también, porque estamos teniendo muchos problemas para competir en igualdad de condiciones, sinceramente.