Así consiguió California que el 70% de la población consumiera un 20% menos agua durante su gran sequía

Los efectos del cambio climático conducen a un escenario de aumento general de la severidad de las sequías tanto meteorológicas como hidrológicas. En el año 2015, California se enfrentó a una grave sequía que hizo que el gobernador Jerry Brown emitiera mandatos de conservación en todo el estado. A causa de ello, algunos de los municipios más grandes comenzaron a emplear una política novedosa en relación con el presupuesto de agua. Las ciudades pidieron a los hogares que redujeran el uso en aproximadamente un 20%, y les asignaron un presupuesto de agua en función de sus niveles de consumo recientes. Cada usuario pagaba una tarifa por cada unidad de agua utilizada por encima de ese presupuesto.

Janine Stone y Patrick Johnson, profesoras asociadas de psicología en la Universidad Estatal de California, encuestaron a más de 300 hogares afectados, preguntaron a los hogares cómo cambiaron su uso del agua y con qué frecuencia excedieron sus presupuestos mensuales del elemento durante la sequía.

Tras su consulta, las investigadoras trasladaron que la gran mayoría de los encuestados (más del 70%) nunca excedieron su presupuesto de agua. De aquellos que excedieron sus presupuestos, la mayoría no pagó más de 30 dólares/mes en cargos en exceso. Los cambios en el uso del agua variaron poco entre los grupos demográficos, y la mayoría de los hogares de todos los ingresos, niveles de educación, edad y afiliación política informaron que cumplieron con éxito con el presupuesto de agua.

En los resultados de la investigación, pudo observarse que en la mayoría de los hogares la experiencia de la sequía cambió fundamentalmente su forma de pensar sobre el uso del agua en California. La mayoría de los individuos afirmaron estar dispuestos a alentar a sus vecinos si sintieran que estaban desperdiciando agua; y abogarían porque hicieron cambios en sus hábitos cotidianos como ducharse, lavar la ropa y lavar los platos.

En conclusión, el trabajo encontró un fuerte apoyo para la nueva política de presupuesto de agua, descubriendo que la gran mayoría de los hogares, independientemente de sus ingresos, afiliación política y actitudes, cumplieron con sus presupuestos de agua y se encontraban dispuestos a cambiar sus comportamientos de uso en respuesta a la severa sequía de California en 2015.

Un problema común

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), mantiene su compromiso en la búsqueda de innovación y financiación de la sequía para ayudar a hacer frente a la creciente frecuencia y gravedad del desastre en medio de la intensificación de los extremos climáticos.

El director general de la FAO, destacó la importancia de promover acciones en materia de agua más colaborativas entre países; abogó la necesidad de desarrollar intervenciones productivas de agua y sensibles al clima para la agricultura de tierras secas, con especial atención a las necesidades de las mujeres, los jóvenes y los ancianos; alentó por empoderar a los agricultores con soluciones, datos y tecnología; actuar de manera proactiva ante la sequía a través de la alerta temprana, evaluando los impactos y aumentando la resiliencia; habló de evolucionar los mecanismos de financiación innovadores y facilitar el acceso de los agricultores a la financiación climática; y consideró el facilitar el intercambio de conocimientos e innovación, combinando el conocimiento indígena, la ciencia y la tecnología y las experiencias de los países.