Adapta tu cultura, la IA ha asaltado la pirámide de la innovación
El futuro de la innovación ya es una realidad. Ángel Alba, CEO y fundador de Innolandia, ofrece una visión renovada sobre cómo innovar en un contexto de transformación acelerada y advierte que “la innovación ya no es solo cosa de humanos”. Su nueva obra ‘La Vacuna: una historia ficticia sobre la innovación’, pretendía ser futurista, pero ahora se siente inquietantemente cercana: “Lo que parece ciencia ficción ya es el presente no en 2030, sino en 2025”, afirma.
Para anticipar cómo evolucionará el proceso innovador en los próximos años, Ángel Alba utilizó ChatGPT. Quería que le ayudara a identificar las principales tendencias emergentes. Entre ellas, destaca la incorporación de asistentes y agentes de inteligencia artificial en todas las fases del proceso de innovación, así como el auge de los gemelos digitales y las simulaciones, que permitirán acelerar el desarrollo de productos.
Asimismo, surgirán laboratorios autónomos que combinarán robótica, visión artificial y analítica avanzada, reduciendo los ciclos de prueba de semanas a apenas horas. A esto se sumará el empleo de computación cuántica, HPC y datos federados accesibles mediante APIs públicas, junto con la consolidación de redes de talento deslocalizado, en las que hasta un 30% de los expertos especializados serán contratados bajo demanda, una tendencia ya visible.
“Estas transformaciones permitirán reducir el time-to-market entre un 15% y un 20%, y disminuir los costes de I+D en un 20%, acelerando los procesos y fomentando ideas más disruptivas” asegura Ángel Alba. Sin embargo, advierte que, aunque la IA estimula la creatividad individual, puede limitar la colectiva al basarse en los mismos datos y algoritmos.

Un experimento en ESADE con 13 clientes de Innolandia mostró que, al usar herramientas de IA generativa como ChatGPT y Copilot, el 90% de las ideas resultaron iguales. Según Ángel Alba, la diferenciación depende de personalizar la información de entrada y guiar el proceso creativo.
Un ejemplo exitoso es ArcelorMittal, que, aplicando esta estrategia bajo la dirección de Nicolás De Abajo, logró diseñar, patentar y lanzar un nuevo material en 12 semanas, reduciendo drásticamente un proceso que normalmente tomaría dos años.
El núcleo de Innolandia está en ayudar a las empresas a definir su estrategia y sistemas de innovación. En sus 13 años de trayectoria, la consultora ha trabajado con más de 450 clientes en 11 países. Cuentan con varios casos prácticos que ilustran este enfoque entre los que se destacan: el rediseño de trazabilidad de productos frescos combinando Design Thinking e IA para analizar datos y acelerar la ideación con con Grupo La Caña y la ideación masiva facilitada por IA con Nippon Gases, multiplicando por diez la capacidad innovadora.
Sin embargo, “no se trata solo de hacer proyectos continuamente, sino de contar con un sistema de innovación organizado y duradero”. El equipo de Innolandia define cuatro responsabilidades clave para quienes trabajan en I+D+i. En primer lugar, impulsar proyectos realmente diferenciales que generen un impacto tangible en las organizaciones. En segundo lugar, convertir la innovación en un proceso sistémico, integrado en la estructura de la empresa independiente de iniciativas aisladas. En tercer lugar, fomentar una cultura innovadora. Y finalmente, mantenerse al día en nuevas herramientas y metodologías.
Innolandia desarrolló el Modelo de la Pirámide de Innovación, que define cuatro niveles de madurez: proyectos individuales, proyectos en paralelo, sistema de innovación ágil y cultura. El primero suele ser “el inicio autodidacta que caracteriza al 81% de los innovadores”.
Cuando estos comienzan a funcionar, las organizaciones pasan al segundo nivel donde se multiplican las iniciativas y se busca financiación, muchas veces sin un propósito estratégico claro. En ese punto, surge la necesidad de avanzar al tercer nivel, el de sistematizar la innovación: “linkar la estrategia corporativa con la estrategia de innovación”. El cuarto nivel es el de cultura innovadora, en el que la innovación se integra en el ADN de la organización y se fomenta la creatividad en todos los niveles. Solo una de cada cinco compañías logra alcanzar un sistema consolidado, según Boston Consulting Group.

María Teresa Isonhood

