España ante el reto de ser ‘Sede de la Industria’ del Collaborate: capta más inversión, pero faltan centros de decisión

El Collaborate Murcia 2025, que se celebrará el 15 y 16 de octubre en el Edificio Anexo al Auditorio Víctor Villegas (Murcia), tiene como lema ‘Ser sede de la nueva industria’, un leimotiv que pretende resaltar la importancia de convertir a España en un hub global de innovación y centros de decisión, capaz de formar parte activa de la transformación tecnológica y económica a nivel mundial
María José Martínez
21 de julio de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
España ante el reto de ser ‘Sede de la Industria’ del Collaborate: capta más inversión, pero faltan centros de decisión

El Collaborate Murcia 2025 será, los días 15 y 16 de octubre, el epicentro del debate acerca de la urgencia de convertir a España un auténtico hub global de centros de decisión y sede de sedes de las principales multinacionales. La ubicación de los centros de toma de decisiones no es un asunto menor: determina qué países lideran la innovación y el desarrollo tecnológico y cuáles quedan relegados a un papel subsidiario. En un mundo hiperconectado, donde el conocimiento y el talento son los recursos más valiosos, ser sede implica mucho más que ventajas fiscales o geoestratégicas: significa atraer capital humano de alto nivel, concentrar innovación y tener voz propia en los grandes debates económicos y sociales. Es urgente pasar de ser un espacio de oficinas a un lugar donde se toman las decisiones y se lidera en conocimiento.

Diversos informes recientes confirman que España ha reforzado su poder de atracción para los gigantes globales. Las empresas con matriz extranjera en España generan ingresos por valor de más de 513.700 millones de euros, un volumen que supone el 38% de la facturación total, a pesar de que supongan únicamente el 1,67% del tejido empresarial del país, con un total de 25.412 compañías, según datos proporcionados por Informa D&B. Pero existen sectores en los que el capital extranjero tiene preponderancia: en el sector energético, el 70% de la facturación la aportan las filiales extranjeras, y, en industria, suponen el 55%.

Según el 17º Barómetro del Clima de Negocios, elaborado por ICEX, IESE y Multinacionales con España, un 89% de las empresas extranjeras prevé mantener o aumentar sus inversiones en el país en 2025, pese a la incertidumbre internacional. El último congreso de Multinacionales con España subrayó cómo la presencia de empresas extranjeras fortalece el tejido industrial local, acelera la modernización de sectores estratégicos y genera sinergias con proveedores nacionales.de

Madrid y Cataluña son ya polos destacados para la implantación de centros regionales y globales.  De hecho, son las autonomías preferidas por las empresas con accionistas extranjeros para implantarse, con cerca del 41% y el 26% cada una, seguidas por Andalucía, donde se ubica el 10% de estas compañías, según Informa D&B. La Comunidad Valenciana se sitúa en tercera posición, con un 5%, seguida por Galicia y el País Vasco, que suman el 3,8 y el 3,5% de las ventas de estas filiales.

Así, España alberga la sede de importantes empresas tecnológicas como Google, Amazon, Microsoft, HP, Cisco e IBM, que han elegido Madrid, Barcelona y Málaga para coordinar sus operaciones en el sur de Europa. Google, por ejemplo, combina su sede en Madrid con centros tecnológicos en Málaga y Barcelona. Amazon no solo gestiona desde Madrid y Barcelona sus operaciones logísticas, sino que también ha establecido una región cloud de AWS en España y dispone de un centro de investigación en inteligencia artificial en Barcelona. Facebook tiene en Barcelona su centro para combatir las ‘fake news’ (Competence Call Center o CCC), y Oracle ha anunciado la expansión de su infraestructura de inteligencia artificial en España, reforzando el papel del país en la transformación digital europea.

A esto se suma el auge de ecosistemas como el País Vasco, que recientemente acogió la expansión de Kipu Quantum con una filial dedicada a computación cuántica o la instalación PortGermany Metall (PGM), un proveedor industrial de servicios integrales especializado en la construcción de tuberías.

En automoción, gigantes como Volkswagen Group/SEAT, Renault, Ford o Stellantis no solo cuentan con fábricas en Cataluña, Valencia, Navarra y Galicia, sino que también han ubicado en España centros de I+D y sedes regionales para coordinar la movilidad eléctrica y el desarrollo tecnológico.

En alimentación y bebidas, empresas como Nestlé (con diez centros en España), Danone, PepsiCo y Heineken han convertido sus instalaciones en Barcelona y Sevilla en verdaderos centros de decisión para el sur de Europa y en hubs digitales que marcan la transformación de sus negocios. En el sector farmacéutico, Novartis, Bayer (con once centros en el país y un hub de investigación y desarrollo en Barcelona), Pfizer y GSK dirigen desde España operaciones estratégicas y centros de innovación.

Airbus y Siemens Gamesa han ubicado en Getafe (Madrid) y Zamudio (Vizcaya) sus sedes para actividades aeroespaciales y energías renovables. General Electrics y Thyssenkrupp en Barcelona, Eiffage en Albacete y Sevilla, Cemex en Valencia o Fujitsu en Madrid (con el Fujitsu Laboratories of Europe) completan un panorama en el que España se perfila como un punto neurálgico para la coordinación de operaciones industriales y la investigación tecnológica.

La Región de Murcia también va marcando su camino hacia su consolidación como territorio atractivo a la inversión. SABIC, una de las principales compañías petroquímicas a nivel global, dispone de un complejo industrial de Cartagena, perteneciente a la división Innovative Plastics. Otros ejemplos son Takasago, empresa japonesa líder en la industria de sabores y fragancias, o la suiza Hero, con sede en Alcantarilla. El interés en la Región se refleja también en iniciativas como la apertura, prevista para finales de este año, de un nuevo Centro de Talento y Tecnología de Teléfonica que estará especializado en tecnología SAP.

El momento es ahora

El Gobierno español ha intensificado sus esfuerzos para atraer inversión internacional. Recientemente, ha reunido a 75 multinacionales de 25 países (procedentes de sectores como TIC, energías renovables, ciencias de la vida, automoción, aeroespacial, química y defensa) con el objetivo de consolidar la posición de España como sede de sedes en Europa bajo el lema ‘Invest in Spain’. También, el país lidera la mayor red europea de incubadoras para pymes, con más de 45.000 startups lanzadas. Este ecosistema innovador alimenta un círculo provechoso: las multinacionales aportan capital y conocimientos, mientras que las startups y empresas locales dinamizan el tejido productivo y generan soluciones de alto valor añadido.

El crecimiento de las filiales extranjeras en España tiene impacto económico directo en términos de inversión y empleo, y además contribuye a modernizar sectores tradicionales y a consolidar nuevos polos de innovación.

España ya cuenta con empresas campeonas de nicho en sectores tecnológicos avanzados y una posición geográfica privilegiada, con capacidad de ejercer de plataforma para Europa, África y América Latina. No obstante, la consolidación como sede de sedes no es una realidad garantizada: dependerá de que se aborden con decisión las reformas necesarias para competir en talento, innovación y seguridad jurídica. Si no se avanza en estos ámbitos, existe el riesgo de que parte de estas inversiones se desplacen a otros destinos más agresivos en la captación de multinacionales.

Persisten desafíos estructurales: un mercado laboral poco flexible en ciertos sectores, la escasez de perfiles altamente cualificados en áreas STEM, y una burocracia que, en ocasiones, dificulta la implantación ágil de nuevas operaciones corporativas. A esto se suma la necesidad de reforzar la estabilidad regulatoria y fiscal para ofrecer certidumbre a largo plazo a los inversores internacionales.

Además, en un contexto geopolítico complejo, España compite con otros países europeos y emergentes que están desplegando políticas mucho más agresivas para atraer sedes globales, incluyendo mayores incentivos fiscales, simplificación administrativa y programas de captación de talento internacional.

El momento es decisivo: España puede convertirse en un referente global o quedar como un nodo secundario en la red de decisiones internacionales. La dirección que tome ahora marcará su papel en la economía mundial durante las próximas décadas. El Collaborate Murcia 2025 analizará precisamente estos factores y subrayará la importancia de un marco regulatorio atractivo, políticas públicas ambiciosas y una relación fluida entre el conocimiento y los sectores productivos para atraer y retener centros de decisión globales.

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