
Alma Carraovejas, espíritu innovador desde el origen

Desde su fundación en el año 1987 con la emblemática bodega Pago de Carraovejas en la Ribera del Duero, Alma Carraovejas ha convertido la innovación en uno de los ejes centrales de su estrategia empresarial. Bajo el liderazgo de Pedro Ruiz Aragoneses, Alma consolida una visión que trasciende el vino para abarcar la agricultura, gastronomía, transformación digital, sostenibilidad, empresa y cultura. Hoy, Alma Carraovejas no es sólo un referente en la elaboración de grandes vinos, sino un ejemplo de transformación empresarial consciente y con propósito.
Uno de los pilares de esta evolución es la investigación en el viñedo y la innovación tecnológica aplicada tanto a la viticultura como a la enología. Ejemplo de ello es el proyecto VID VISION, implementado en Pago de Carraovejas, que combina imágenes aéreas, datos satelitales e inteligencia artificial para identificar plantas faltantes y optimizar la gestión del viñedo. En Bodega Marañones, ubicada en la DOP Madrid, se desarrolla el proyecto VITICOS, que estudia el papel de las cubiertas vegetales en la captación de carbono en suelos cultivados mediante técnicas ecológicas y biodinámicas. En Aiurri, la bodega de Alma en Rioja Alavesa, se impulsa REVIVID, una iniciativa que emplea drones multiespectrales y análisis genético para recuperar viñedos viejos y prevenir enfermedades como la Armillaria. Por su parte, Ossian Vides y Vinos lidera el proyecto PADIH REDOX, que desarrolla sensores digitales para monitorizar sulfitos y reacciones redox durante la vinificación. En Viña Meín – Emilio Rojo, en Ribeiro, se trabaja con ROTEND, un sistema predictivo para evitar la podredumbre del racimo, mientras que en Milsetentayseis, en Ribera del Duero se ha finalizado LOWPHWINE; un proyecto centrado en el manejo de acidez en el vino frente al cambio climático, mediante el análisis del suelo, la microbiota y la fisiología vegetal.
Además, Alma Carraovejas participa activamente en iniciativas consorciadas que promueven la economía circular y la digitalización. La I+D+i ha permitido a Alma abordar los grandes desafíos del sector vitícola desde un enfoque sostenible: mantenimiento y biodiversidad de suelos; control biológico de enfermedades y plagas; aprovechamiento de subproductos; trazabilidad; cambio climático en viñedo y elaboración y viticultura de precisión.
Por poner ejemplos prácticos, MYCOWINE estudia la aplicación de hongos micorrízicos en la vid como mecanismo de adaptación al cambio climático. Otros proyectos finalizados en esa línea son: DELTA, que ha trabajado en la digitalización de procesos hídricos en la industria alimentaria; VINEBOX que ha conseguido transformar los restos de poda en pasta de papel; y POLIAMINAS que ha investigado estos compuestos como posibles bioindicadores de estrés vegetal. Otros programas como DIH WORLD y EXPAND INTELWINES han abordado la integración de inteligencia artificial, trazabilidad y automatización en bodega, con el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria y la toma de decisiones en tiempo real.
El compromiso con la sostenibilidad ha sido igualmente firme. En 2025, Alma Carraovejas se convirtió en el primer grupo vitivinícola y gastronómico en España en obtener la certificación B Corp, alineando todas sus prácticas con los más altos estándares sociales y medioambientales. Esta certificación abarca no sólo a las bodegas, sino también a proyectos como el restaurante Ambivium, reconocido con una estrella Michelin, y su distribuidora. La empresa ha renovado además el sello Gold de la International Wineries for Climate Action, implementando mejoras continuas y planes de eficiencia energética en todas sus instalaciones basados en energías limpias y renovables. Destaca también su “Quíntuple cuenta de resultados”, un innovador modelo de gestión que incorpora dimensiones económicas, social, ambiental, emocional y ético-gubernamental, premiado en los XV Premios Corresponsables.


Alma impulsa la viticultura respetuosa; apostando por viñedos trabajados en ecológico a través de acciones como la recuperación microbiológica del suelo, intervenciones en la rizosfera con fertilización orgánica a la carta o la introducción en el suelo de microrganismos para el incremento de la resistencia a enfermedades de sequía. Otro área de trabajo en la sustitución de productos fitosanitarios por métodos de control biológico y abonos orgánicos. Así, en fechas recientes, bodegas como Marañones han obtenido la certificación biodinámica DEMETER; acreditación para la cual se encuentran en proceso otros proyectos de Alma como Ossian y Milsetentayseis.
En cuanto a digitalización, Alma Carraovejas ha sido pionera desde finales de los años 90, con la implementación de uno de los primeros sistemas ERP del sector (en 2008), y hoy continúa evolucionando con plataformas avanzadas como Visual 4.0, que permiten el análisis integrado de datos sobre riego, clima y trazabilidad. Con el proyecto de innovación DELTA, se ha logrado contar con una herramienta que permite conocer mejor la cantidad y calidad del caudal del agua en las instalaciones vitícolas y con ello establecer acciones de mejora de la eficiencia de este recurso, con el objetivo de reducir su consumo un 5% en 2030.
La experiencia enoturística también ha sido transformada por la tecnología: el sistema digital del grupo desarrollado internamente permite la reserva y gestión de visitas, incluyendo experiencias como “Grandes Crus de Alma”, que combinan degustación de sus vinos más singulares con alta gastronomía. A nivel organizativo, Alma Carraovejas ha desarrollado una estructura que favorece la colaboración y la cultura del conocimiento. Actualmente, Está compuesto por Pago de Carraovejas (Ribera del Duero), Ossian (VT Castilla y León), Milsetentayseis (Ribera del Duero), Viña Meín – Emilio Rojo (Ribeiro), Aiurri (Rioja Alavesa) y Marañones (D.O. Madrid). En 2017, apostó por la gastronomía con la apertura del restaurante Ambivium, y en 2021 nació la Fundación Cultura Líquida, una iniciativa que promueve la formación, la creación artística y la divulgación del mundo del vino, en colaboración con instituciones como IE University y la Cámara de Comercio de Valladolid.
En definitiva, Alma Carraovejas es hoy un modelo de referencia que muestra cómo la innovación puede convivir con el respeto al origen y la excelencia artesanal. Con una visión transversal que une ciencia, sostenibilidad, cultura y vino, el grupo demuestra que el futuro del sector pasa por integrar conocimiento, conciencia y compromiso. En cada proyecto, desde el cuidado del viñedo hasta la gestión empresarial, se percibe un mismo hilo conductor: el de un alma que late con fuerza hacia el porvenir.