Velocidad sobre precisión, la nueva era tras el ‘Liberation Day’

La gestión de las organizaciones y de los Estados ha pasado a regirse por un nuevo paradigma tras los vertiginosos movimientos de la Casa Blanca a propósito de la guerra de los aranceles, frente al fangoso procedimentalismo que atenaza la innovación con burocracia, se impone una dinámica marcada por la agilidad y por la capacidad para identificar el KPI clave sobre todos los que convergen hoy en la mesa de los responsables de la toma de decisiones
Eugenio Mallol
13 de abril de 2025 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Velocidad sobre precisión, la nueva era tras el ‘Liberation Day’

Queda ya lejana la catástrofe del Prestige, el buque cargado con 77.000 toneladas de fuelóleo pesado que se partió en dos a 150 millas de la costa gallega. Un comité científico asesor nombrado por el Gobierno Español recomendó encargar a Repsol YPF el estudio y ejecución del proyecto de neutralización.

Como explica un documento de la Universidad de Alicante, el proyecto suponía un reto tecnológico sin precedentes, tanto por la profundidad del pecio, como por el desconocimiento del volumen de fuel existente en los tanques del buque hundido y, sobre todo, por las incógnitas acerca de su comportamiento en esas condiciones de presión y temperatura, 4.000 metros por debajo de la superficie. ¿Cuál sería su viscosidad?

Repsol YPF formó un comité internacional asesor con la participación de BP, Total, Petrobras, ENI y Statoil. Pero nunca se había intentado algo así en buques hundidos, ni siquiera en profundidades muy inferiores. Los robots de trabajo no se habían utilizado más allá de 2.500 metros bajo la superficie del mar. No debe extrañar por eso que, pese a reunir a un dream team del petróleo europeo, costara encontrar a una empresa en todo el mundo dispuesta a caracterizar la viscosidad del fuel en un plazo inferior a dos años.

Hasta que dio con un departamento de la Universidad de Huelva que había diseñado un equipo capaz de trabajar a 200 bares de presión. La respuesta que recibió Repsol fue contundente: lo tendrían disponible al día siguiente si era necesario. No dentro de dos años, mañana. Debía aguantar, eso sí, una presión 400 bares, ese era el reto. Se diseñó el proyecto, los ingenieros cruzaron los dedos y la cosa salió bien.

Con esa información, el Centro de Tecnología de Repsol YPF en Móstoles consiguió crear un fuel sintético que presentaba en superficie propiedades análogas a las del fuel en el fondo marino, lo que permitió hacer estudios detallados de su comportamiento y diseñar la recuperación.

Velocidad sobre precisión (speed over precision). Esta es una de las contundentes lecciones que Europa debe extraer de la crisis global desatada tras el ‘Liberation Day’ de Donald Trump. La nueva era en la que estamos entrando ya no perdona a los que dilatan las respuestas en un fangoso procedimentalismo.

Hay que actuar, aunque nada nos garantice que sea la opción más correcta. Sin ese paso adelante de Repsol, apostando por el equipo de la Universidad de Huelva, que le habilitaba la resolución del problema en la mitad de tiempo, probablemente el fuel habría seguido contaminando durante un año más.

La otra gran lección, y de ahí también la alusión a la importancia de medir la viscosidad a 4.000 metros de profundidad, es que hoy en día resulta más crítico que nunca identificar adecuadamente el KPI clave. La capacidad de innovación de las organizaciones acaba muchas veces envuelta en un follaje impenetrable de KPIs, que impiden que se despliegue con normalidad. Cada departamento identifica los suyos, todos vitales para la compañía. ¿Cuál es el KPI fundamental? ¿Cuál es ese dato que, como la viscosidad del fuel, debe dirigir todas las decisiones estratégicas?

Europa ha logrado convencer a Estados Unidos de que es capaz de superar su ancestral propensión a la fragmentación y la burocracia. Por alguna razón (hoy en día todo se reduce a una palabra: China), Trump ha querido creer que Bruselas es dueña de su destino y de sus actos y ha aplazado la aplicación de los aranceles. Pero la mascarada no durará mucho tiempo. Antes o después emergerán de nuevo los fantasmas. Incluir a Reino Unido ha funcionado, pero hay que pensar la forma de que el acuerdo dure.

Los principios de velocidad sobre precisión y acierto en los KPIs no son una solución coyuntural. Son dos de los imperativos de la nueva era en la que se está introduciendo el mundo. Hay otros a tener en cuenta: la ciencia de frontera se hace mayoritariamente hoy en día en las empresas, por ejemplo. Se requieren cambios estructurales en Europa y, por supuesto, en España, si no queremos que el fuel de ese Versalles anegue las calles de París.

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