Javier Peña Galiano invita a dotar en el New In Revive Valencia de «fundamentos» y de visión «multidisciplinar» a una reconstrucción colectiva

El arquitecto Javier Peña Galiano, uno de los ponentes principales del evento New In Revive Valencia, hace un paralelismo entre la tarea que comienza ahora para reconstruir el territorio afectado por la terrible dana con el proceso de recuperación de Bilbao, articulado en torno a la iniciativa Ría 2000, en conversación con Eugenio Mallol insta también a no dejar de plantearse lo importante por lo urgente
13 de diciembre de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Javier Peña Galiano invita a dotar en el New In Revive Valencia de «fundamentos» y de visión «multidisciplinar» a una reconstrucción colectiva
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Eugenio Mallol.-Es curioso, Javier, muchos de los invitados a participar en el New In Revive Valencia nos dicen: “es que no tengo conocimientos técnicos de esto de la reconstrucción, no sé cómo se hace, no soy un especialista”. Y les respondemos que ahora hace falta eso, obviamente, pero también necesitamos escuchar a gente con visión, tenemos que saber hacia dónde queremos ir. En tu caso, ambas condiciones se reúnen.

Javier Peña Galiano.-No hay que dejar de hacer lo importante por lo urgente. Esa es un poco la situación en Valencia. Los conocimientos para lo urgente están ya en marcha y hay mucha gente que los tiene, hay como una situación de urgencia, de intervención inmediata. Y luego está la construcción de las utopías de ciudad, de territorio, del plano político, social y ético de la planificación. De eso sí sabemos. Cuando he comentado que participaba me han dicho que si era el momento de hablar de esto, porque están todavía quitando barro. Esa quizás sería más la pregunta. Los conocimientos están, en esa condición de la planificación ideal o en los desarrollos, y otra cosa es la inmediatez de las acciones que hay que hacer ahora para la gente.

Eugenio Mallol.-Es casi como escuchar a un médico. Estás ya diciendo: hay remedios, podemos construir algo que sea potente y nuevo.

Javier Peña Galiano.-El Bilbao que conocemos ahora, no era el Bilbao que conocíamos antes. La imagen que tengo de cuando era pequeño y vivía en Francia, en los años 70, está en blanco y negro, una ciudad gris, muy contaminada. En cambio, Bilbao ahora es totalmente alegre, público, colectivo, brillante. Y eso se produce porque en 1983 tiene unas riadas brutales que la anegan, con un 40% de paro en todas las ciudades periféricas. Eso obligó a decir: bueno, más abajo ya no podemos caer, vamos a empezar a pensar en un futuro posible. Se generaron entidades como Bilbao Ría 2000, que sugiere un modelo multiinstitucional, que agrupa a ayuntamientos, diputaciones, empresas vinculadas, como Renfe, puerto, partidos políticos, los sienta en la misma mesa para hablar, para dialogar, para negociar, para llevar a cabo cosas. Y fíjate lo que ha hecho Ría 2000. Siempre lo pongo como ejemplo, ha sido muy exitoso porque arrancó de una situación claramente desfavorable. Sucedió también con el gran incendio de Londres de 1666. Esta situación de desastre ha dado lugar a infraestructuras singulares dentro de las ciudades, con los ríos, el mar, los malecones. Una cosa que demuestran también todas estas operaciones de transformación de la ciudad, realmente estructurantes, es que son multidisciplinares, no pertenecen a un tema solo de ingeniería, sino a una manera de entender el paisaje, las infraestructuras, el territorio, la energía, la naturaleza, las prácticas sostenibles, la medicina, la salud. La transformación de la Inglaterra de Manchester, Liverpool, la aparición de la Ciudad Jardín de Ebenezer Howard a finales del XIX, tiene que ver con la idea de salud y de recomposición.

Eugenio Mallol.-Hay que tener las ideas claras antes de ponerse a actuar.

Javier Peña Galiano.-Sí, más que las ideas claras, para que realmente la transformación sea importante debe tener unos fundamentos importantes. Hay que pensar que no es la primera vez que sucede, ya ha pasado en muchas ciudades que han hecho una gran transformación. El caso de Bilbao es el más cercano, de una ciudad puramente industrial, vinculada al negocio y a unas empresas duras, porque la siderurgia, el carbón, el acero, son muy contaminantes, ha pasado a ser casi lo contrario, un reflejo de cómo la vida ciudadana, edificios puramente comerciales que se acaban transformando en grandes centros de la vida cultural de la ciudad, social, deportiva, gastronómica, etcétera. Hay que encontrar ese punto también para los territorios.

Eugenio Mallol.-Los ciudadanos que pueden decir: “este discurso me parece ilusionante y me sumo a él, pero vaya tela, aquí por dónde empezamos”. Tenemos ya una malla urbana que ya está hecha y no sabemos por dónde empezar a cambiar las cosas.

Javier Peña Galiano.-Hay un tema de tiempo importante. Yo vivo junto al Mar Menor, en Santiago de la Ribera, hemos tenido cuatro episodios fortísimos, la riada contamina, está desapareciendo flora y fauna, estamos perdiendo también impulso económico. La inundación responde a unos patrones socioeconómicos. En este caso, la división que hace el nuevo cauce del Turia es también económica: entre la ciudad de Valencia y su periferia, que claramente es la que se ve perjudicada. Valencia se salva porque ha funcionado bien gracias a su gran transformación, el parque del río, el desvío del Turia, entubado al final, transformado en un lugar de actividad cívica, deportiva, social, es muy interesante y eso no se ha trasladado al territorio. No se ha entendido esa condición holística, de contacto entre la economía, la política, la cultura, el paisaje, la sociedad, la sostenibilidad. Mucho de lo que oímos ahora son respuestas muy parciales, que si las ramblas no estaban limpias, que si la laminación, que si estaban sucios los cauces, que si estaban limpios. Realmente la cosa es bastante más grave, por ejemplo, la pervivencia o no de las redes de infraestructura de Cercanías. Ha desaparecido el transporte público y el privado, las sociedades entran en shock absolutamente, porque no hay manera de salir de allí, nada está pensado para tener una segunda línea. A lo mejor eso nos hace pensar en que el transporte público es muy importante, hay que repensarlo a partir de esta condición anfibia, puede ser una manera de hablar de esto de una manera más global.

Eugenio Mallol.-Ese tipo de situaciones traumáticas también son un desafío para la arquitectura, nos hacen sentir que tenéis sentido como ciencia, como ámbito del conocimiento, es ahora cuando más se os necesita.

Javier Peña Galiano.-Sí, la verdad. Pero realmente tiene que ser más colaborativa entre política, ciudadanía y economía. Podemos tener unas ideas estupendísimas, pero tienen que ir acompañadas de todo un discurso, un acuerdo y una decisión. Lo que vi en Bilbao fue la decisión colectiva: no podemos llegar más al fondo, vamos a levantarnos, pero no para tener lo mismo que teníamos antes, sino algo nuevo, porque el modelo anterior no funciona. Eso es lo que habría que cuestionarse. ¿Estábamos tan bien antes de la riada que toda esta diferencia de clases, de falta de comunicabilidad, de marginalidad que de alguna manera se estaba produciendo era buena? ¿De qué manera hay que revertirlo? ¿O hay que dejarlo igual que estaba? Ese discurso tiene que estar presente.

Eugenio Mallol.-La arquitectura y el urbanismo de los 80, en el momento en que se reconstruye Bilbao, incluso desde el punto de vista tecnológico, de conocimiento y de evolución, no son los mismos que ahora. ¿Qué valores nuevos pueden aportar?

Javier Peña Galiano.-El gran valor que tiene que ver con la sostenibilidad, porque ahora mismo todo el proceso de sensorización, de digitalización, ha cambiado la producción de energía de los edificios. Ya la producen, no solo la consumen. Hay un montón de variables ahí muy interesantes, nos permiten repensar esta relación entre usuarios-arquitectura, usuarios-ciudad, usuarios-paisaje. A lo mejor, es el momento de usar bien ese tema tan manido de las smart cities, como territorios que son capaces de ser más smart, de avisar, de darnos señales, de intercambiar información con los usuarios. Todo eso podría ser muy interesante, ahí es donde está realmente la clave. Porque en lo que es la tecnología de arquitectura tampoco le veo yo mucha diferencia. El Guggenheim es un edificio que innova en diseño paramétrico, en muchas cosas que ahora se están empezando a aplicar a la arquitectura en general, que solo estaban en la de alto nivel. No hay una transferencia tan rápida en la arquitectura como en los coches o los aviones, es una disciplina milenaria, las cosas tienen su tiempo y deben durar.

Eugenio Mallol.-Es el momento de las grandes ideas…

Javier Peña Galiano.-…que anticipen realidades posibles que a lo mejor no son las que tenemos ahora. Hay una cosa muy relevante, que es el tema del suelo. Cuando de pronto la Ley del Suelo permite urbanizar en cualquier sitio prácticamente, solo con salvedades, se produce un fenómeno terrorífico para el territorio, ha sido uno de los grandes errores frente a modelos más de concentración, de elegir el sitio. Lo sucedido demuestra también que no todo el territorio es igual para ser ocupado, no se puede ocupar todo. Cuando ves toda la zona de Valencia y alrededores, todo edificado, es un modelo territorial que tiene muchos problemas: de modelo energético, mantenimiento, basuras, la regeneración de acuíferos, miles de problemas que se generan por este efecto de desarrollo, de batiburrillo, de diseminación territorial. Esta también sería una cosa a plantearse, no todo el territorio puede ser ocupable. Me parece muy relevante repensar cómo ser más delicados con el territorio, dónde nos ponemos, incluso si nos vamos, que podría ser una opción también. Políticamente es complicado de mantener, pero pasó con Tous, por ejemplo, la presa se rompió y al final el pueblo se trasladó de sitio. Porque hay sitios peligrosos, potencialmente peligrosos, sitios más adecuados y menos adecuados, y hay que encontrar también esa manera que tenía la gente antes de situarse en los sitios, con sol, con buenas vistas, con buena luz, y probablemente más concentrados, la ciudad más concentrada ya sabemos que funciona mejor.

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