El día que Ana Botín rompió el estruendoso silencio del Ibex
El momento en el que la presidenta del Banco Santander declaró que se sumaba a la propuesta de tres pactos de Estado de AMETIC fue el de mayor valor connotativo del Encuentro de Santander, llegaba después de un demoledor análisis del director del BSC, Mateo Valero, en el que quedaba patente que se trata de una cuestión crucial para el país, las grandes corporaciones no podían seguir calladas
Ana Botín, durante su intervención en el Encuentro de AMETIC en Santander. / AMETIC
En la cola de embarque de nuestro vuelo a Madrid, después de tres días intensos en el Encuentro de AMETIC en Santander -algo amablemente tensos también, por qué no decirlo, que la “era de la incertidumbre” de la que habla Antón Costas lo contagia todo-, hago corrillo con el director del Málaga TechPark, Felipe Romera, y con la directora general de Atos, Pilar Torres (¿será ella?), miembro del comité ejecutivo de la asociación.
Ambos coinciden: cuánto valor hay que dar a las palabras de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en la clausura. La jefa del Ibex 35 no sólo quiso acudir a la última edición del Encuentro bajo la presidencia de Pedro Mier, sino que se sumó explícitamente a la propuesta de tres pactos de Estado de AMETIC, por la reindustrialización, por la formación y por la innovación.
Ese fue el momento de mayor valor connotativo del evento. Desde el punto de vista informativo, todo el foco se lo ha llevado el fin del modelo de IA generativa tal y como lo hemos conocido durante su breve estancia con nosotros. Lo tremendo a todos los efectos es el nuevo paradigma que viene, tan impresionante, tan descomunal, tan inabarcable, en el que trabajan el mundo del software por un lado, con la cuántica pidiendo todo el protagonismo, y el del hardware por otro, con estertores de auténtica apisonadora como quedó de manifiesto en la imprescindible, aplastante, intervención de Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center (BSC).
El MareNostrum 5, instalado en el BSC, es uno de los únicos tres supercomputadores preexaescala europeos, junto a los de Lumi (Finlandia) y Leonardo (Italia). Entre sus herrajes, el BSC ha dispuesto 4.480 chips Hopper de NVIDIA, los más potentes que existen hoy en el mundo. No estamos hablando de una infraestructura del montón, obviamente. Pero hay datos que ayudan a visualizar el lugar real que ocupa esta infraestructura, de la que Europa puede sentirse tan orgullosa, en el nuevo tablero de juego. Meta, la de Zuckerberg, tiene 350.000 procesadores Hopper y Elon Musk acaba de anunciar que incorporará 200.000. Esa es la medida de la competición global, según explica Mateo Valero.
Y sólo es el principio. Año y medio después de lanzarlo, NVIDIA ha anunciado su siguiente chip: Blackwell, 30 veces más rápido que el Hopper. “Los chips que van a venir son tremendamente más eficientes, más rápidos, consumen mucha menos energía”, apunta el director del BSC en el Encuentro de AMETIC.
Los LLM (modelos de lenguaje extenso) han cambiado la forma de hacer chips, empresas que venían diseñando, fabricando, encapsulando, para superordenadores (HPC) están transformandosu forma de trabajar para adaptarlos a la IA. Alphabet, Meta, AWS, Apple, Alibaba, Microsoft han decidido crear sus propios chips (para la nube pública una buena parte de ellos) porque no pueden depender de lo anterior. Nadie quiere depender de nadie en esta carrera global. Lo vivido durante la pandemia no puede repetirse. Y hay prisa.
NVIDIA tiene el 80-95% del mercado del diseño de chips; ASML, el 100% de la producción de sistemas de litografía ultravioleta extrema (EUV); TSMC, fabrica el 90% de los chips de alto rendimiento y va a llegar pronto a los 2 nanómetros; y AWS controla el 32% del mercado mundial de la nube pública. “Compraremos el mayor número posible de chips Blackwell que podamos, esto es un monopolio, el señor Jen-Hsun Huang decide a quién se lo vende y a qué precio”, apunta Mateo Valero.
Tras la compra de la europea ARM por los japoneses de Softbank, el BSC propuso que se potenciara el diseño de chips en Risc-V, que es un hardware abierto, y durante la última década ha presentado a Bruselas diversos proyectos de chips de altas prestaciones. “Mañana enviamos el siguiente proyecto: DARE. Mi sueño es que el Mare Nostrum 6, dentro de cuatro años, sea el primer supercomputador europeo con chips europeos diseñados en España… fabricados probablemente fuera”.
Y termina: “Pido que se dote a las universidades de recursos para que se puedan formar en España más de 1.000 ingenieros que contribuyan al desarrollo de la IA, de la supercomputación, de una sociedad más justa”.
Entreverada en todo el discurso del director del BSC aparece la propuesta de los tres pactos de Estado presentada hace un año por AMETIC al Gobierno y a los partidos políticos: reindustrialización, formación e innovación. Ana Botín dice que los hace suyos. El silencio de buena parte del Ibex 35, de nuestras grandes corporaciones, durante tanto tiempo, ha hecho que asociaciones como la que preside Pedro Mier hayan tenido que pelear dejándose jirones en el camino, jugándose su propia supervivencia y el negocio de algunos de sus asociados. Las grandes españolas ya no pueden callar más.
4.500 chips Hopper en uno de los tres mayores supercomputadores de Europa, frente a los 350.000 de Meta es una imagen descomunal, transmite verdadero desamparo. De modo que, como no podía ser de otro modo, el ojo vivaz y maestro de Felipe Romera, ha vuelto a dar en el clavo. Pedro Mier no podía tener mejor corolario para un doble mandato al frente de AMETIC en el que ha conseguido recuperar el verdadero sentido de la asociación y ahormar un proyecto compartido. Enhorabuena. Sus últimas palabras en el Encuentro de Santander, memorables y absolutamente reversibles: “gracias, gracias y gracias”.
PD: No puedo resistirme a subrayar la desafortunada contraprogramación del Gobierno, precipitando el relevo de José Luis Escrivá justo mientras se celebraba el Encuentro de Santander. Escrivá era apreciado como un ministro solvente, pese a su confusa intervención durante el Summit de IA, de modo que no ha gustado que su sustituto sea alguien de un perfil tan político como Óscar López, que conste.