Competencia china y regulación

¿Pondrá en su sitio la regulación europeas a las empresas industriales chinas cuando decidan expandir sus centros de producción hacia Europa? Esa es la esperanza del sector industrial y algunos indicios de ello ha podido constatar el autor en un reciente evento en Mérida, pero advierte también: la regulación no nos salvará de nosotros mismos
Eugenio Mallol
12 de mayo de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Competencia china y regulación

Realmente no es fácil decidir qué resulta más retador hoy en día. Si desplazarse hasta Mérida, visto el estado actual de las comunicaciones con Extremadura, o si compartir una jornada con 10 CEOs de empresas de electromovilidad chinas, algunas de las cuales tienen un interés verdadero por invertir en España (desde luego, REPT, que ha formado un MoU con la Generalitat Valenciana, y también de forma explícita Fujian Super Power New Energy).

Cuando llega el momento de intervenir, no puedo evitar recordarles mi conversación con Judith Wiese, miembro del comité de dirección global de Siemens, en la Hannover Messe: “Debemos observar con interés lo que sucede a medida que las empresas chinas intentan desempeñar un papel global y dejan de ser locales. En ese momento, tendrán que lidiar con las mismas regulaciones, tendrán que aprender a operar de forma diferente y llegaremos a un campo de juego nivelado. No hace falta que hable de las discusiones en torno a los vehículos eléctricos y cómo debería posicionarse Europa, hasta qué punto los competidores chinos en la industria del automóvil se están beneficiando indebidamente de los subsidios locales de su gobierno”.

La reciente Declaración de Amberes ha sido la conjura de la industria y las instituciones europeas para que la próxima legislatura, la que empieza después de las elecciones de junio, sea la del Industry Deal. Si a las empresas de la UE les cuesta cumplir con el Pacto Verde y ser competitivas, que se arromanguen también las chinas. Pero no nos hagamos ilusiones, la clave del momento, en materia de innovación, como pone de manifiesto el informe del Center for Automotive Management (CAM) del que hablo al principio de este suplemento, es el precio. ¿Serán capaces, en ese nuevo entorno más equilibrado, de mantener la agresiva política de precios actual?

Los ponentes de empresas de China en Mérida, en efecto, señalan a la lentitud de la Administración y a los problemas regulatorios como fuente de dudas para invertir. “En China estamos acostumbrados a hacer horas extraordinarias y a trabajar con más rapidez”, dijo uno de ellos, “aquí nos ponen muchas dificultades”. ¡Bienvenidos a Occidente! La Comunidad Valenciana arrebató la posible gigafactoría de REPT, si es que acaba construyéndose, a la diletante Galicia. Habrá que seguir de cerca la evolución de la planta de ensamblaje de vehículos eléctricos de Chery en Barcelona, un auténtico banco de pruebas sobre la capacidad de inmersión cultural.

Repito el argumento de Wiese un día después en Valencia, en un vibrante encuentro sobre innovación regional. Y el profesor de la London School of Economics Andrés Rodríguez-Pose introduce un matiz fundamental: si Europa da tiempo a la industria china a madurar antes de introducir laregulación, seguirá siendo ésta la que tenga más margen de adaptación y cerrará la puerta a competidores europeos. El factor regulación juega, pero no nos salvará de nosotros mismos.

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