Carolina Miyata ante el Collaborate: “Con la IA, lo diferencial es la potencia de la idea, la ejecución está al alcance de todos”
Con amplia experiencia en la creación de negocios digitales y una intensa carrera como emprendedora, la socia directora ejecutiva de Prodigioso Volcán repasa, en conversación con el analista de innovación Eugenio Mallol, las transformación del entorno tecnológico y su impacto en las organizaciones en la antesala de su participación en el Collaborate Reset the Economy de Málaga
Eugenio Mallol.-A finales de los 90, hablábamos de la Nueva Economía que venía, de lo que había iba a suponer internet, pero no estoy seguro de que todo el mundo haya llegado a entender todavía qué significa esto, de que se haya captado el mensaje. Se mantienen muchos rasgos de la economía preinternet.
Carolina Miyata.-Las transformaciones digitales no son inmediatas. Amazon tardó 18 años en ser rentable. Las empresas que han experimentado ese salto exponencial que permite internet tienen un recorrido de 25 años y a veces, teniendo en cuenta los ciclos agile, eso nos confunde un poco. Dentro de ese tiempo se han ido produciendo grandes hitos, como la llegada masiva de internet al mundo de los contenidos y los smartphones. A raíz del COVID, las empresas que no se habían digitalizado pasan a hacerlo y se produce un choque brutal incluso en los ámbitos de consumo. Para una gran parte de la población, muchas de sus rutinas diarias empiezan a ser digitales. Hay una adopción masiva y ya no es sólo un tema de entretenimiento y comunicación, sino la vida, las finanzas, la planificación de cualquier tipo. Con la inteligencia artificial vamos a pasar de “lo hago”, a “me lo hacen o me acompañan a hacerlo”.
Eugenio Mallol.-Me sigue pareciendo, no obstante, que aún hay muchas empresas que no saben cómo pueden generar el negocio de la nueva economía, que no son conscientes de que su actividad puede cambiar e incluso ser otra radicalmente distinta.
Carolina Miyata.-Las empresas más físicas, que no han tenido la urgencia de implantar tecnologías de sistemas, se están viendo por forzadas a ello por la percepción de amenaza. Ya no es tanto lo que pueden ganar, sino que no les quiten el pastel. Lo estamos viendo en las compañías de seguros que están generando su negocio en la nube. Son sectores muy sólidos y contraciclo. En la banca con los neobancos. En cada uno de los sectores han ido entrando estos nuevos players que son mucho más ligeros y no tienen necesidad de reportar beneficios a corto plazo. Muchas veces la digitalización ha sido una respuesta a la amenaza de que va a llegar Google, pero también los consumidores lo están demandando. La tercera palanca que moviliza el cambio son los empleados: si necesito talento, sobre todo el joven, debo hacer una propuesta atractiva y tener un modelo de trabajo de la nueva era. Esto me fuerza a tener que actualizarme por dentro.
«A veces, te encuentras con que tu negocio principal o madre se ve amenazado por el negocio digital, más ligero en costes, en precio, y ambos parecen competir internamente. Son muchas las compañías que caen en esa situación por temor a que, si no reaccionan, vendrá otro a hacerlo.»
Eugenio Mallol.-Recuerdo una conversación con el CIO global de Liberty Seguros muy divertida, en la que me explicaba cómo convenció a la gente de negocio de subir toda la empresa a la nube.
Carolina Miyata.-He tenido la fortuna de hacer muchos proyectos de transformación digital. En términos generales, la alta dirección suele estar muy a la cabeza de la innovación, de intentar aplicar nuevas cosas, aunque sea en modo piloto. Ya sea específica del cliente, ya sea la nube, ya sea la sostenibilidad. Donde he visto que es más importante el cambio es en los cargos intermedios, donde el status quo pesa más. A lo mejor tienes equipos más jóvenes, con menos experiencia, pero que abrazan la digitalización. Son los que llevan el negocio business as usual que es la parte central de la empresa, lo que nos da de comer. A veces, te encuentras con que tu negocio principal o madre se ve amenazado por el negocio digital, más ligero en costes, en precio, y ambos parecen competir internamente. Son muchas las compañías que caen en esa situación por temor a que, si no reaccionan, vendrá otro a hacerlo. Es como si tuviéramos una empresa con diferentes marcas, que busca tener todas las opciones en su portfolio, en lugar de centrarse en una propuesta de valor sólida, por miedo a perder el tren digital.
Eugenio Mallol.-En el proceso de acompañamiento a las empresas, dime cuál es ese proceso que siempre acabas haciendo. Sea del sector que sea, todo el mundo acaba necesitando…
Carolina Miyata.-La digitalización es una transformación cultural. No son procesos, no son tecnologías. Sí, termina traduciéndose en experiencia del consumidor, pero sobre todo es una transformación de las personas. Siempre hay que tener un punto de partida con las personas que lo van a llevar, lo van a liderar o lo van a vivir. Ese trabajo de saber en qué grado de madurez esta la organización, si tiene un perfil de experiencia o cuál es la media de edad, para trabajar de forma conjunta y cocreativa, para que abracen el cambio, es fundamental. Siempre hay que disponer de una guía cocreada. Ya puede ser la mejor estrategia del mundo, con el mejor business plan, pero si las personas que tienen que implantarlo no se lo creen no tendrá éxito. A veces prefiero una estrategia menos ambiciosa, pero con un equipo más motivado. Porque el cambio es duro, la transformación digital requiere muchos años con unos niveles de incertidumbre altísimos. Al principio era difícil porque no había mucha masa crítica y no teníamos conocimiento de marca, pero ahora también es difícil porque ya hay mucha gente y hacerte un hueco en un mundo con una altísima concentración, por ejemplo, en el sector de la publicidad es muy complicado. Las compañías están llenas de proyectos en los cajones y nadie los saca de ahí.
Eugenio Mallol.-Estás en una organización, Prodigioso Volcán, con un CEO hipermotivado por el cambio y la transformación cultural. Háblame de ese diálogo que estáis manteniendo con la inteligencia artificial.
Carolina Miyata.-Para mí Mario tascón es el ejemplo de un innovador, de alguien capaz de crear conectando puntos. Cuando nadie hablaba de la IA, Mario y el equipo directivo decidieron empezar a invertir al estilo Prodigioso, con experimentos, porque esto va de hacerlo antes de implantarlo y de contarlo. La innovación es hacer, pilotar, fallar pronto. Empezamos a hacer experimentos de todo tipo voces sintéticas y todo toda clase de creatividades. Cuando explotó la IA generativa para nosotros era ya muy normal estar utilizando Midjourney o ChatGPT. Nuestra visión es tecnooptimista, estamos alejados de este discurso distópico del fin de la humanidad, hay temas muy relevantes que hay que tratar, como los derechos de autor, y que tenemos que abordar sí o sí. Utilicemos esta herramienta como hemos usado la digitalización en la revolución móvil para hacer más cosas y mejores. Si eres creativo, la IA te da superpoderes, como el de hacer cine a otro nivel. Antes te lo impedían los recursos económicos, ahora estamos como un niño en una tienda de golosinas. Por una parte, nos quita tareas repetitivas y arduas y, por otra, nos permite hacer cosas nuevas, tanto creativas como en un abanico mayor de disciplinas. Estamos acompañando a nuestros clientes para pensar nuevos productos y nuevos negocios con base en la IA, porque esto tiene que ser un acelerador de la innovación y, superado el Valle Inquietante, podemos llegar a la meseta productiva en la que sacar lo mejor de uno mismo y de la empresa. Hacemos una propuesta de binomio humano-inteligencia artificial, porque la persona siempre tiene que liderar. Si te pones en manos de la IA, tu campaña será igual que la de tu competencia.
«Lo que va a marcar el consumo es el propósito de las empresas, quién eres y cuál es tu rol en la sociedad. Si trabajas mucho ese propósito, la atención al cliente, el servicio que das, la comunicación que envías al final, acabas siendo diferencial. Hay que trabajar esto, además, de forma auténtica»
Eugenio Mallol.-Los creadores son las nuevas startups porque la tecnología se ha democratizado y cualquier proceso de creación, en un mundo que se desarrolla en las redes sociales, es una puerta abierta a conectar. Hay que dotarse de una nueva capacidad de crear, en definitiva. Sin embargo, quizás en la última década la confusión ha crecido y, con la polarización actual, el proceso de creación está quedando bajo sospecha. La tarea no es sencilla.
Carolina Miyata.-La tecnología es una herramienta, casi un componente básico estructural al que puede acceder cualquiera en un punto determinado. Con las tecnologías digitales en la nube, por menos de 20 dólares estás utilizando ChatGP. Puede haber una primera instancia en la que la IA generativa sustituya al humano en la creatividad, pero es una ilusión a corto plazo. Al final va a hacer que todos seamos mucho más creativos: donde antes no tenías capacidades de ilustrar, ahora vas a poder hacerlo. Por eso va a tener mucho más valor la potencia de la idea y de la creatividad que haya detrás, porque la ejecución y la implementación se ha hecho más accesible para todos. Ahí va a estar un poco más la diferenciación. No va a estar ya en el producto, porque hoy en día no hay coche malo, tampoco en el precio. Lo que va a marcar el consumo es el propósito de las empresas, quién eres y cuál es tu rol en la sociedad. Si trabajas mucho ese propósito, la atención al cliente, el servicio que das, la comunicación que envías al final, acabas siendo diferencial. Hay que trabajar esto, además, de forma auténtica, ya no solo diferencial, y eso significa que actúes como quien eres de verdad. Si eres de corbata, no intentes ponerte zapatillas.
Eugenio Mallol.-Miremos hacia adelante, hacia las cosas a las que interesa seguir la pista. Quizás dentro de un año el hype sea la realidad virtual y se recupere el metaverso que parecía medio dormido.
Carolina Miyata.-Soy poco amiga de la bola de cristal, porque he descubierto que no es evidente y más en el entorno de alta incertidumbre en el que estamos viviendo desde hace un tiempo. Estoy de acuerdo en que la IA generativa es un salto fundamental, equiparable a internet. No es una tecnología más, no es blockchain o NFT, ni siquiera el metaverso, es algo con un impacto brutal que no somos capaces de medir, porque lo estamos haciendo todavía. Puede cambiar la forma en la que pensamos, creamos y trabajamos a muchos niveles. Pero los grandes saltos se dan cuando la tecnología está lista y aborda uno o varios casos de uso de valor. En el caso de la IA generativa se han juntado casos de usos muy potentes que tenemos que descubrir, casos de creatividad, de pronóstico, incluso para el cáncer, hay que estar dentro, probarlo, testarlo, hacerlo con nuestras manos, no vale leerlo en las noticias. Estamos muy atentos también a la evolución de los temas de sostenibilidad. En este sentido, hay un eje nos interesa mucho que es el diseño regenerativo: cómo crear productos y experiencias que no sólo son neutrales en carbono, sino que mejoran la situación. El cruce de las tecnologías disruptivas y la sostenibilidad es algo fascinante, lo cambia todo, desde los proveedores hasta la logística, la propuesta de valor y la relación con empleados y accionistas. Lo último y más importante es el talento, toda esta revolución tecnológica está modificando nuestra actitud, nuestra relación con el trabajo, nuestro rol. No porque esté en riesgo, aunque la historia está llena de empleos que han desaparecido con las nuevas tecnologías, sino porque todo cambia radicalmente. Tendremos más tiempo ¿qué haremos con él? Hay un componente social también. Sigue habiendo muchísimos puestos de trabajo asociados a la transformación tecnológica que no se cubren especialmente en España. Van a hacer falta perfiles mixtos, de diferentes disciplinas, con capacidades hard y soft para liderar con remoto. Esto va de formarse continuamente, de aprender, de montar tu propio proyecto personal. Se necesitarán unas capacidades, adaptación a la incertidumbre, la oportunidad que tenemos por delante es magnífica.