Perdida la batalla del electrón y el 2D, a por la del fotón y el 3D
Tenemos la oportunidad de participar en la creación del nuevo internet espacial, en 3D y con un creciente peso de la fotónica, según el autor, porque contamos con una enorme experiencia en el ámbito de las tecnologías geoespaciales, en especial para la construcción de infraestructuras, y disponemos de un pujante sector de fotónica, posicionado ya como una referencia internacional
Si tuviéramos las herramientas actuales y nos encontráramos ante la posibilidad de diseñar de nuevo el mundo digital, ¿cómo lo haríamos? ¿En 2D y con electrones o en 3D y con fotones? Es una de las pregundas que se ha formulado en la reciente edición de la Geo Week celebrada en Denver (Estados Unidos). Probablemente escogeríamos la segunda opción en ambos casos.
Nuestra mente está configurada para relacionarse con el entorno en 3D y durante mucho tiempo hemos estado limitados a los diseños 2D porque eso era todo lo que la tecnología permitía. Y hay que reconocer que nos estamos precipitando hacia un cierto cuello de botella en lo que a la gestión de los electrones se refiere: queremos utilizarlos tanto para mover el mundo físico (cada vez más, ay, a nosotros mismos) como para transmitir información, de modo que es lógico poner cada vez más expectativas en el potencial de la fotónica, en ese Lidar que se avecina, para que al menos los fotones le quiten un poco de trabajo a los electrones, ¿verdad?
Como país, ambas son oportunidades excepcionales a las que todavía podemos asomarnos si enfocamos la innovación con esa mentalidad de conquistadores y de líderes que se espera de las sociedades que no quieren depender de terceros en algo tan esencial y tan directamente vinculado a la seguridad nacional como la tecnología. El desarrollo de los nuevos dispositivos y de software para la visión artificial, la sensorización y la generación de gemelos digitales tiene completamente enchufado con el desafío del 3D al sector de la industria de geoespacial AEC (architecture, engineering and construction), que fue precisamente el que incrementó la afluencia a la Geo Week este año en un 50%.
Nuestro país sabe mucho de construcción, especialmente de infrastructuras de obra pública, y dispone del potencial creativo para trasladar esos desarrollos a sectores complementarios en los que la confluencia del mundo digital y el físico resulta estratégica, desde los videojuegos a las aplicaciones de realidad virtual y aumentada. Pero está prácticamente ausente en otros campos fundamentales, como el impulso del nuevo vehículo basado en software. Y, sobre todo, disponemos de una base de empresas de fotónica capaz de hablar con voz propia en los foros internacionales, pese tener que lidiar y armarse de paciencia con la más que discreta redacción y gestión del Perte de los microchips.
En el Collaborate Pamplona 2023 hemos visto que en la carrera de los electrones para transmitir energía estamos corriendo una suerte similar a la que los destina al transporte de información. Los intentos de Iberdrola o CAF en el hidrógeno parecen una gota en el océano, de igual forma que la gifafactoría de Volkswagen en Sagunto. Nuestra arma secreta deberían ser los fotones y el 3D, pero ¿lo sabemos?