Madrid-Lisboa en tres horas y BCN-Venecia y Valencia-Milán en 10: la UE quiere triplicar el tráfico ferroviario de alta velocidad en 2050
La Unión Europea busca duplicar el tráfico ferroviario de alta velocidad para 2030 y triplicarlo para 2050, con el objetivo de contar con una red plenamente operativa en 2040. La Comisión Europea ha presentado un ambicioso paquete de medidas que busca acelerar el despliegue de la red ferroviaria de alta velocidad y, en paralelo, impulsar la inversión en combustibles renovables para la aviación y el transporte marítimo.
El nuevo plan de acción ferroviario de alta velocidad marca la hoja de ruta para una red europea más rápida y mejor conectada. Su meta es reducir los tiempos de viaje y ofrecer al tren como una alternativa real frente a los vuelos de corta distancia. Basado en la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), el plan prevé conectar los principales nodos a velocidades de al menos 200 km/h. Así, los pasajeros podrán viajar de Berlín a Copenhague en cuatro horas -frente a las siete actuales- o de Sofía a Atenas en seis horas, en lugar de las casi catorce. Nuevos enlaces, como París-Lisboa vía Madrid o la conexión entre las capitales bálticas, mejorarán la cohesión territorial europea.
Para 2040, los aeropuertos con más de 12 millones de pasajeros anuales deberán contar con conexión ferroviaria de larga distancia. Además, se ampliará el número y la capacidad de terminales de transbordo, con trenes de hasta 740 metros de longitud, para favorecer el transporte combinado y el cambio hacia modos más sostenibles. Las grandes ciudades de la RTE-T deberán desarrollar planes de movilidad urbana sostenible y desplegar infraestructuras para combustibles alternativos como el hidrógeno.

Para hacer realidad esta visión, la Comisión Europea propone cuatro líneas de acción clave. Por un lado, eliminar los cuellos de botella transfronterizos mediante plazos vinculantes hasta 2027 y analizar nuevas opciones que permitan alcanzar velocidades superiores a 250 km/h. Por otro lado, impulsar una estrategia de financiación coordinada entre los Estados miembros, la industria y las entidades financieras, con el fin de lograr en 2026 un acuerdo ferroviario de alta velocidad que movilice inversión pública y privada. Asimismo, se busca mejorar las condiciones de inversión y competencia en el sector a través de un entorno regulador más atractivo, la implantación de billetes digitales transfronterizos y la consolidación de un mercado europeo de material rodante de segunda mano.
El paquete incluye también el Plan de Inversiones en Transporte Sostenible (STIP), que establece una estrategia común para acelerar la adopción de combustibles renovables e hipocarbónicos, especialmente en los sectores de la aviación y el transporte marítimo. Para cumplir los objetivos de los programas RefuelEU Aviation y FuelEU Maritime, la Comisión estima que serán necesarias unas 20 millones de toneladas de combustibles sostenibles de aquí a 2035, con una inversión de alrededor de 100.000 millones de euros.
La Comisión planea además una batería de medidas complementarias: un nuevo reglamento para la gestión coordinada de la capacidad ferroviaria, una iniciativa europea de billetes digitales prevista para 2026 que permitirá reservas multimodales con derechos de pasajero unificados, y un marco financiero que garantice tarifas de acceso equitativas y precios asequibles. En paralelo, se fomentará la intermodalidad tren-avión, con estudios sobre 40 aeropuertos y la creación de centros de movilidad integrados.
Desde Bruselas, se promoverá una industria ferroviaria europea más competitiva e innovadora, impulsando en 2026 un nuevo plan de despliegue del sistema unificado de señalización ERTMS, la estandarización del material rodante y un mercado común de leasing ferroviario. También se prevé una certificación única para maquinistas y la revisión de su formación profesional, así como un refuerzo de la I+D en automatización, digitalización y ciberseguridad ferroviaria.


