Una hoja de ruta para aumentar la inversión (y, gracias a ello, la innovación) en la industria europea

El vicepresidente mundial de operaciones de la multinacional norteamericana MSA dibuja en la ponencia inaugural del Collaborate Santander un camino para incrementar la productividad y mejorar el atractivo de Europa, con una política industrial clara, clave para atraer la inversión necesaria para innovar
Carla Mansanet
5 de noviembre de 2024 | Compartir: Compartir en twitter Compartir en LinkedIn
Una hoja de ruta para aumentar la inversión (y, gracias a ello, la innovación) en la industria europea
El vicepresidente mundial de operaciones de MSA, José Manuel Sánchez Pedregal, en el Collaborate.

La ponencia de José Manuel Sánchez Pedregal fue una de las grandes justificaciones de que el Collaborate Santander rompiera récords de audiencia. Es vicepresidente mundial de operaciones en MSA, una multinacional norteamericana especializada en ropa de protección para bomberos de Londres, Hong Kong y Los Ángeles. Además, la gestación de la empresa contó con la participación de Thomas A. Edison, un hecho que levantó grandes expectativas que no han fallado en cumplirse después de 110 años. En su conferencia, explora “el desafío de la productividad en un mundo incierto” y demuestra la relevancia de poseer una cosmovisión rica del sector para tomar decisiones estratégicas inteligentes.

El vicepresidente mundial de operaciones en MSA analiza los factores que han estimulado un clima de incertidumbre en la industria, revela la percepción internacional que se tiene de Europa y explica las formas de mejorar la productividad para atraer inversión.

La incertidumbre ha recorrido todos los rincones de la industria, lo que ha puesto en riesgo el mantenimiento de la productividad en las compañías. Los últimos doce meses cristalizan este fenómeno a través de acontecimientos como las incesantes guerras comerciales, los desastres naturales, el incremento de las regulaciones europeas, las crisis energéticas, el caos político y la agridulce aparición de la inteligencia artificial (IA).

Mientras tanto, según Sánchez Pedregal, “todo el mundo habla de un aterrizaje suave para la economía mundial”. Y, pese a que los indicadores oscilen entre contingencias tan dispares como una posible recesión o un crecimiento en Europa, todos ellos coinciden en un aspecto: “El crecimiento de la incertidumbre en los próximos seis o nueve  meses”.

Al observar la economía europea desde un punto de vista global, “Europa se concibe como un mercado atractivo, con talento y buenas infraestructuras, pero también tiene un crecimiento limitado en comparación con la inversión en otros países que proporcionan rendimientos mucho más rápidos”. Y, con dificultades para la inversión, “no existe la innovación, por lo que necesitamos una política industrial nacional y mayor estabilidad que ayude a atraerla”, considera.

Sánchez Pedregal revela formas de mejorar la productividad, comenzando por la priorización. Pese a que la tecnología sea una ventaja competitiva, el cliente y la formalización de un objetivo común deben ser prioritarias. Los leading KPI’s también son una útiles para conseguir información que permita al cliente actuar sobre los resultados futuros, que debe preponderarse junto a la minimización de riesgos. “Aunque no podamos controlar la devaluación del yen, podemos desarrollar una estrategia de suministro que diversifique el riesgo de los cambios de moneda”, explica.

Eficiencia operacional

Otro multiplicador de la productividad es el tratamiento de las organizaciones como un sistema conectado. Por un lado, se basa en recabar datos para tratar de anticipar la y, por otro, en la transparencia para optimizar la oferta. Para ello, “MSA se ha enfocado en colaborar con su ecosistema mediante eventos con proveedores, lo que facilita la participación en programas de mejora conjunta con otras empresas”.

La eficiencia operacional es la tercera piedra angular que aborda Sánchez Pedregal, y que “los líderes ayuden a crear un buen entorno es clave”. Además, en MSA también se centran en la ciberseguridad y formación constante para evitar riesgos. La colaboración es el último multiplicador de la productividad y se basa en “potenciar al talento para crear un ecosistema que atraiga ideas, pero sin perder la perspectiva”.

Finalmente, propone un sistema de mejora constante fundamentado en la búsqueda de una cultura de alto rendimiento que verse en probar, aprender, aplicar y ajustar.

“Las personas deben entender por qué se hacen las cosas, por eso, en MSA trasmitimos los objetivos operativos al sistema de negocio”, para que “toda la empresa comparta un lenguaje”, asegura el también colaborador de Atlas Tecnológico. En este marco, exalta la necesidad de una gobernanza robusta para generar datos porque, en el caso contrario, “siempre van a acabar siendo desastrosos”.

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